Lucila Rivolta, integrante del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), analiza el escenario económico actual del país, destacando los desafíos de la inflación, la falta de empleo formal y la precarización laboral. En esta entrevista, detalla los impactos que afectan a las familias argentinas y las proyecciones para los próximos meses.
En medio de una situación económica compleja, marcada por una alta inflación y un mercado laboral inestable, Lucila Rivolta, integrante del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), ofrece un análisis detallado sobre los principales problemas que enfrenta el país. Según la Contadora, la falta de estabilidad laboral y el aumento del costo de vida han puesto a la economía argentina en una situación crítica que afecta a todos los sectores, especialmente a las familias de menores ingresos.
“La inflación es uno de los problemas más graves en la economía argentina hoy en día”, afirma . Desde su perspectiva, el constante incremento de precios no solo reduce el poder adquisitivo de los salarios, sino que también aumenta la brecha de desigualdad entre distintos sectores sociales. Este fenómeno, explica, es particularmente dañino para quienes tienen empleos informales o precarios, ya que carecen de herramientas de protección frente a la inflación.
La falta de empleo formal, un problema estructural
Otro de los aspectos clave en los que pone el foco es la estructura del empleo en Argentina. Según datos compartidos por CEPA, una gran parte de la población activa se encuentra en situación de informalidad laboral, lo que significa que no cuenta con aportes de jubilación, obra social ni derechos básicos de seguridad social.
“La falta de empleo formal sigue siendo uno de los problemas estructurales más difíciles de resolver”, señala. Según ella, el empleo formal no solo es clave para el crecimiento económico, sino también para asegurar una mejor calidad de vida y reducir la desigualdad en el país. Sin embargo, la creación de trabajo genuino y de calidad se enfrenta a una economía que sigue en recesión y la ausencia de políticas públicas efectivas que fomentan este tipo de empleo.
Los efectos de la inflación en la economía familiar
La inflación ha impactado en el costo de los productos básicos, lo cual se traduce en dificultades adicionales para muchas familias argentinas que ya están en situación de vulnerabilidad. Lucila menciona que uno de los sectores más afectados es el de los alimentos, un bien de primera necesidad cuyo incremento en los precios ha llevado a un aumento en la pobreza.
“Hoy en día, el aumento en el precio de los alimentos y servicios básicos es lo que más afecta a las familias, especialmente a las de menores ingresos”, explica. En este contexto, sostiene que las políticas de ajuste aplicadas en el último tiempo no han dado los resultados esperados y que se requieren urgentes para frenar la escalada inflacionaria que afecta el consumo y el bienestar de los hogares.
Proyecciones y desafíos futuros
A pesar del contexto adverso, enfatizó que existen medidas que pueden mejorar la situación económica de Argentina a mediano plazo. Entre ellas, menciona la necesidad de implementar políticas que promuevan la creación de empleo formal y reduzcan la informalidad laboral. Además, sugiere una política fiscal que permita controlar la inflación de forma efectiva sin sacrificar el consumo interno, lo que considera crucial para reactivar la economía.
“Es importante que el gobierno apunte a controlar la inflación de forma coherente, sin seguir deteriorando el poder adquisitivo de las personas”, concluye. Según ella, los desafíos son grandes, pero es fundamental tomar medidas que generen un cambio estructural en la economía argentina y garanticen mayor estabilidad para los ciudadanos.