Pablo Bilsky, periodista y escritor con amplia experiencia en conflictos bélicos, analiza las particularidades del sistema electoral estadounidense, un mecanismo indirecto que plantea serias dudas sobre su representatividad y participación democrática.
El periodista Pablo Bilsky, quien ha viajado por 54 países y habla cinco idiomas, tiene una perspectiva crítica y detallada sobre el sistema electoral de Estados Unidos. A lo largo de una entrevista para Radio Enlace, Bilsky explicó cómo funciona este mecanismo de elección que, a diferencia de otros países, no es un sistema directo.
“En cuanto al sistema electoral, es un sistema electoral indirecto, se nos suele llamar de segundo grado. Esto implica que hay un colegio electoral”, comenzó a detallar Bilsky. A diferencia de la mayoría de las democracias, en Estados Unidos los ciudadanos no eligen directamente al presidente, sino que sus votos determinan a los representantes de cada estado en el Colegio Electoral. “El candidato que gana en un estado se lleva todos los electores de ese estado, sin importar la diferencia de votos, y estos electores son quienes finalmente eligen al presidente”, agregó.
Bilsky recordó cómo, en 2016, Hillary Clinton obtuvo 3 millones de votos más que Donald Trump en el conteo popular, pero fue Trump quien se convirtió en presidente. “¿Por qué? Porque sacó más electores, ya que ganó en estados que otorgan más electores”, explicó. Este sistema permite que el candidato con menos votos populares pueda, aun así, ganar la presidencia. “Matemáticamente, se puede dar el caso de que un candidato gane solo en 11 de los 50 estados y aun así se convierta en presidente”, remarcó.
Para Bilsky, este sistema desalienta la participación ciudadana, ya que no todos los votos tienen el mismo peso en el resultado final. Además, en Estados Unidos los ciudadanos deben inscribirse previamente para poder votar, lo cual también es una barrera. “Te piden un montón de papeles, tenés que demostrar tu nacionalidad… lo hacen difícil. En el país más democrático del mundo”, comentó con ironía.
Otro aspecto que distingue a las elecciones estadounidenses es el día en que se realizan. A diferencia de muchos países, donde se vota un domingo, en Estados Unidos las elecciones son un martes, en horario laboral, lo que puede dificultar la participación. Además, se permite el voto por adelantado y por correo, pero el proceso sigue siendo complicado y desalentador para muchos ciudadanos.
Para Bilsky, la estructura de poder en Estados Unidos tiene una influencia directa en el nivel de involucramiento de la ciudadanía en los procesos políticos. “Es muy difícil movilizarse en Estados Unidos… si uno cuenta entre los policías, más los que están de civiles infiltrados, suelen ser más los policías que los manifestantes”, destacó. Esta desconexión entre los centros de poder y el ciudadano común es, en su opinión, una de las razones detrás del descontento social y el escepticismo hacia las instituciones políticas en el país.
Finalmente, el periodista cuestiona la legitimidad democrática de este sistema y se pregunta si un país donde el candidato menos votado puede ganar verdaderamente refleja la voluntad popular. “¿Hay democracia sin voluntad popular? ¿Es democrático un sistema que no refleja la voluntad popular?”, planteó Bilsky, dejando abiertas las preguntas sobre la efectividad y representatividad del sistema electoral de Estados Unidos.