Desmantelamiento en Salud Pública: 200 despidos y riesgo de cierre en el Hospital Laura Bonaparte

En el marco del ajuste en el área de salud, el Gobierno Nacional cesanteó a más de 1.400 trabajadores, incluidos 200 del Hospital Laura Bonaparte. Sofía Marino, psicóloga del área de demanda espontánea, denuncia el vaciamiento y la precarización de los servicios en una institución clave para la atención de salud mental y consumo problemático.

El Hospital Laura Bonaparte, una institución modelo en la atención de salud mental y consumo problemático, enfrenta una crisis sin precedentes. En diálogo con Radio Enlace , Sofía Marino, psicóloga del área de demanda espontánea, relató la gravedad de la situación tras recibir el telegrama de despido junto con 200 de sus colegas.

“Durante el día de ayer, después de nuestra jornada laboral, alrededor de las 8 menos cuarto, comenzamos a recibir notificaciones de despido a través del Sistema Electrónico del Estado (JED). Yo fui una de las que recibió ese telegrama”, compartió Sofia Marino, visiblemente afectado.

La profesional señaló que estos despidos forman parte de una reestructuración que comenzó en octubre de 2024. En aquel momento, el hospital fue blanco de ataques por parte del Gobierno Nacional, que buscaba su cierre. Desde entonces, la institución ha estado en una situación de vulnerabilidad extrema.

“Esta reestructuración, lejos de buscar estrategias que mejoren la calidad o eficiencia de los servicios, es un vaciamiento. Lo estamos viviendo con estos despidos masivos, que no solo afecta a nuestro hospital, sino a otros como el Posadas, el Sommer y el Español”, explicó.

La situación del Hospital Laura Bonaparte no es aislada. Según denuncian los trabajadores, los recortes son parte de un ajuste sistemático que afecta a diversas instituciones públicas. Marino subrayó que este ataque no solo pone en riesgo los puestos de trabajo, sino que también compromete el acceso a la salud mental de una población cada vez más vulnerable.

Despidos, precarización y éxodo de profesionales

Desde el inicio de la gestión del presidente Javier Milei, los despidos y ajustes salariales han dejado al hospital operando con menos de la mitad de su personal. “Hubo una primera ola de despidos hace unos meses. Esto, sumado al congelamiento de salarios, obligó a muchos profesionales, como psiquiatras, a buscar otros trabajos. Es imposible sostener la calidad de vida en estas condiciones”, explicó.

La psicóloga detalló que el vaciamiento no se limita a los despidos: “El Estado nos ahorca. Si no pueden vaciar el hospital con despidos masivos, lo hacen precarizando tanto las condiciones que terminamos yéndonos por voluntad propia. Hoy un tercio de los trabajadores está fuera, lo que hace insostenible mantener la calidad de atención”.

El impacto en la atención es evidente. Marino comentó que, desde octubre, el número de pacientes que acuden al hospital se duplicó, e incluso triplicó en algunos servicios. Esto se debe, en parte, a la creciente crisis económica que obliga a muchas personas a buscar atención en instituciones públicas.

“Estamos atendiendo a personas en situación de calle, a quienes han perdido su obra social, a pacientes que jamás podrían pagar un tratamiento privado. Desde demanda espontánea, llegamos a atender hasta 60 pacientes por día. Hoy, con menos personal, es imposible sostener este nivel de atención”, afirmó.

El discurso del Gobierno y el estigma hacia los trabajadores

Sofía también se refirió al discurso oficial que describió a los despedidos como “ñoquis”. Esta narrativa, impulsada por funcionarios como Ramiro Marra, busca justificar los recortes. “Dentro de los 1.400 despidos hay familias y trabajadores que se dedican plenamente a sus tareas. Yo trabajo hace cuatro años en el hospital, ingresé en plena pandemia, recién recibido. Somos todos profesionales que brindamos servicios esenciales en un hospital que no solo asiste, sino que también formamos nuevos especialistas en salud mental”, aclaró.

Resistencia y lucha colectiva

A pesar del panorama desalentador, los trabajadores del Hospital Bonaparte se organizan para resistir. “Hoy tuvimos una asamblea para pensar estrategias. Nos acompañaron compañeros de otros hospitales, como el Garrahan y el Peña. Estamos articulando medidas de fuerza y ​​esperando la respuesta de los sindicatos, que tienen una reunión con el Ministerio de Salud a las 4 de la tarde”, relató.

La psicóloga agradeció el apoyo recibido por parte de organizaciones sociales y otros profesionales, destacando que esta lucha no solo busca preservar sus puestos de trabajo, sino también garantizar el derecho a la salud de millas de personas que dependen de esta institución.

“El cierre del hospital no es solo una pérdida de empleos, es la eliminación de un espacio que atiende a quienes más lo necesitan, en un contexto donde los problemas de salud mental son cada vez más visibles. Hoy el ataque es contra el Bonaparte, pero mañana puede ser cualquier otra institución. Es un ataque al Estado ya los derechos de todos”, concluyó.

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