Vecinas organizadas reclaman mejoras urgentes en el transporte interurbano

Lucía Singereisky y Liliana Boccardo impulsan una junta de firmas y encuentros vecinales para visibilizar el colapso del transporte interurbano. Denuncian la falta de respuestas oficiales, el rol monopólico de Rosario Bus y exigen soluciones inmediatas a todos los niveles del Estado.

La situación del transporte interurbano en Pueblo Esther alcanzó un punto crítico. Vecinos y vecinas de la ciudad vienen denunciando desde hace meses la reducción de frecuencias, el colapso en los horarios pico y la ausencia de accesibilidad en los servicios, principalmente los prestados por la empresa Rosario Bus. En este contexto, Lucía Singereisky y Liliana Boccardo encabezaron una junta de firmas que ya reúne más de 1.400 adhesiones, y organizaron reuniones abiertas para canalizar el malestar y coordinar acciones.

“La problemática es gravísima. No se trata solo de esperar más de una hora un colectivo que nunca llega o no para, sino de algo estructural: estamos siendo rehenes de una empresa con prácticas monopólicas, sin que el Estado municipal, provincial ni nacional den respuestas concretas”, señala Liliana Boccardo.

Ambas vecinas participaron de una reunión con legisladores locales para plantear de forma directa los reclamos ciudadanos. “Nos enteramos ahí de cosas que como usuarias no sabíamos, como que la línea A es interprovincial y que hay un conflicto por los subsidios. Pero mientras tanto, los pibes no llegan al colegio, la gente no llega a trabajar, y el colectivo que debería pasar ya no pasa, o pasa repleto y sigue de largo”, explicó.

Entre las principales demandas expuestas figuran: más frecuencias en horas pico, accesibilidad garantizada, un recorrido más eficiente, y la incorporación de un servicio interno para conectar los barrios más alejados con las paradas principales. “Hay vecinos que pagan hasta $3.000 de remis solo para llegar a la parada. Y después, el boleto a Rosario cuesta casi $4.000. Es un disparate”, sostienen.

Durante la reunión, los concejales reconocieron que el Ejecutivo local se reunió recientemente con Rosario Bus, pero aún no se brindaron detalles ni se informaron avances. Las vecinas exigen que ese diálogo se abra a la ciudadanía. “No puede seguir siendo una negociación entre cuatro paredes con el empresario. Queremos saber qué se está discutiendo y exigir que se respeten nuestros derechos como usuarios”, apuntó Lucía Singereisky.

También se discutieron posibles soluciones inmediatas, como disponer de un colectivo municipal que traslade a los más de 170 estudiantes de Pueblo Esther que viajan a Tecnolagos. “Eso descomprimiría el horario pico y garantizaría un viaje seguro para los chicos. Las soluciones tienen que aparecer ya, no podemos esperar a que se resuelva todo en lo burocrático”, remarcó Liliana.

El trasfondo de esta crisis también incluye la quita de subsidios nacionales al transporte, que profundizó el aumento de tarifas y dejó a los usuarios como variable de ajuste. “El empresario no perdió. Lo que el Estado deja de pagar, lo terminamos pagando nosotros en el boleto. Y mientras tanto, las frecuencias siguen sin cumplirse”, lamentaron.

Pese al descontento, las vecinas apelan a la organización colectiva como herramienta para lograr cambios. “Hace años conseguimos el Boleto Educativo Gratuito gracias a una junta de firmas y la presión vecinal. Hoy creemos que también es posible. Pero tiene que haber gestión, voluntad política y una representación real del pueblo en todos los niveles”, concluyeron.

Actualmente, el reclamo incluye pedidos formales de reunión con el intendente, presentaciones ante el Ministerio de Transporte de la provincia y ante el Ministerio de Educación, y la continuidad de los encuentros vecinales cada viernes. “El transporte es un derecho, no un privilegio. Y vamos a seguir exigiendo que se respete”, afirman.

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