Por Eros Scopponi
Jonathan Gómez y Gabriel Aguilar, formados en las inferiores del club de Pueblo Esther, cumplieron el sueño de jugar en la máxima categoría. “Es una alegría enorme, lo dedico a mi familia”, dijeron emocionados.
El Club Atlético Juventud Unida (CAJU) de Pueblo Esther celebró recientemente los debuts en Primera División de dos jóvenes jugadores formados íntegramente en sus inferiores: Jonathan Gómez y Gabriel Aguilar. En diálogo con este medio, ambos compartieron sus emociones y experiencias tras vestir por primera vez la camiseta de la máxima categoría.
Jonathan Gómez fue el primero en dar el salto, durante el partido frente a Figherense que terminó en victoria para CAJU por 4 a 1. Luego volvió a sumar minutos en la goleada ante Independiente por 5 a 1. “Sentí mucha alegría, el profe me dio tranquilidad y confianza antes de entrar. Me dijo que lo tomara como parte del plantel, que hiciera lo que sabía”, contó Jonny con una sonrisa tímida y la emoción todavía latente.

El joven, que nació y creció en Pueblo Esther, regresó este año al club tras un tiempo fuera. “Hice juveniles acá y ahora volví. Representar a CAJU es algo muy importante para mí”, aseguró. En cuanto a lo que se viene, dijo que su objetivo es “seguir entrenando fuerte y conseguir buenos resultados tanto en Primera como en Reserva”, ya que todavía está habilitado para jugar en ambas categorías. Su dedicatoria fue clara: “Va para mi familia, y especialmente para mi abuela”.
Por su parte, Gabriel Aguilar hizo su presentación oficial el pasado fin de semana frente a Independiente, también con una contundente victoria del equipo. “Fue un momento muy especial. Cumplí un objetivo que venía soñando desde que empecé a jugar acá en el club. Hice prejuveniles, juveniles, todo con CAJU”, señaló.
Gabriel también remarcó que la tranquilidad fue clave en su ingreso: “Adrián (el DT) me pidió que hiciera lo más sencillo, que jugara como sabemos”. Y al igual que su compañero, dedicó el debut a sus afectos: “A mi familia, a mis amigos, a todos los que me acompañan”.
Ambos jóvenes forman parte de una camada de jugadores que evidencia el trabajo silencioso pero constante que se realiza desde las divisiones inferiores del club. Con la camiseta celeste y blanca como bandera, Gómez y Aguilar representan el sueño de muchos chicos de Pueblo Esther: crecer con los valores del deporte, formarse en su tierra y alcanzar la Primera División del club de sus amores.
Desde la institución celebran estos pasos como logros colectivos y como el reflejo de una apuesta fuerte por el semillero local. Y el mensaje de estos dos flamantes debutantes también deja en claro algo: el camino recién comienza.