En su columna de rock nacional, Martino Prece repasó la historia de Turf y narró en primera persona su experiencia en el recital de presentación del nuevo álbum. Con un espectáculo cargado de humor, nostalgia y colaboraciones que cruzan generaciones, la banda de Joaquín Levinton volvió a confirmar su vigencia en la escena argentina.
Como cada miércoles, Martino Prece se sumó al aire con su columna de rock nacional, y en esta oportunidad compartió un análisis y relato en vivo del show que brindó Turf en el teatro Gran Rex, donde la banda presentó su nuevo disco Polvo de Estrellas.
El columnista comenzó recordando la trayectoria del grupo liderado por Joaquín “Juanky” Levinton: “Turf nació en 1995, tuvo una primera etapa muy exitosa, se separó en 2007 y luego de varios proyectos paralelos volvió a reunirse en 2014. Desde entonces retomaron con fuerza y ahora sorprenden con un disco muy particular”.
Ese material, editado en 2025, propone una relectura de clásicos del repertorio turf acompañado por artistas de distintas generaciones y géneros. “La peculiaridad de este disco es que no solo es un guiño a un programa de entrevistas parodiado en clave intergaláctica, sino también un espacio para reversionar canciones con invitados de estilos muy diversos. Hay desde figuras consagradas como Fito Páez hasta jóvenes como Milo J, que tenía apenas 17 años cuando grabó su parte”, destacó Prece.
Durante el show en el Gran Rex, la dinámica fue la misma que en el disco: cada invitado no solo cantó junto a la banda sino que también fue parte de pequeñas entrevistas improvisadas, cargadas de humor y complicidad. “Miranda, por ejemplo, interpretó Me hace sentir y antes respondieron en clave de sketch qué cosas los hacen sentir bien o mal. Lali, por su parte, fue ovacionada por todo el público cuando subió al escenario para cantar Magia Blanca, y se dio el lujo de bromear con Levinton sobre anécdotas personales”, relató el columnista.
El recital también tuvo momentos emotivos, como cuando Santiago Motorizado entonó Casanova, una canción que, según confesó, lo acompañó desde la adolescencia. “Dijo que era un sueño cumplido porque la cantaba con sus amigos en los recreos de la escuela”, agregó Prece.
No todos los invitados pudieron estar presentes: figuras como Fito Páez, Vicentico o Milo J participaron a través de proyecciones en pantalla. Sin embargo, la energía del público no decayó en ningún momento. “El teatro estaba repleto, y lo más llamativo fue cómo Turf logró conectar generaciones: desde chicos muy jóvenes hasta adultos que siguen a la banda desde los noventa”, explicó el columnista.
El cierre estuvo a la altura de una noche memorable: “La versión cumbiera de No se llama amor, junto a la banda Los del Río, fue una fiesta. Hubo humor, emoción y mucha complicidad con el público. Turf demostró que sigue siendo una banda con una energía única y que sabe reinventarse sin perder identidad”.
En su balance, Martino Prece concluyó: “No pensé que el show iba a ser tan bueno, la verdad que me sorprendió. Turf no era una banda que escuchara mucho hasta este año, pero después de verlos en vivo los recomiendo totalmente. Es una banda con mucha onda, graciosa en escena y con una propuesta artística que mezcla tradición y modernidad”.
Nota completa: