Con un plantel joven y en pleno proceso de renovación, la Selección argentina de básquet cayó ante Brasil en la final del torneo continental, pero dejó una gran imagen. El análisis del periodista Mauricio Banchero en Garra y Gambeta destacó el futuro prometedor del equipo dirigido por Pablo Prigioni.
La final de la AmeriCup 2025 quedó en manos de Brasil, que se impuso por 55 a 47 en un clásico sudamericano duro y trabado. Sin embargo, más allá del resultado, el balance para la Selección argentina es altamente positivo: con un promedio de 24 años en su plantel y nueve debutantes en este tipo de competencias, el equipo logró llegar al partido decisivo y consolidar una base de cara al futuro.
En su columna en Garra y Gambeta, Mauricio Banchero destacó la importancia de este recorrido: “Argentina presentó un plantel muy joven, sin sus figuras más consolidadas, y aún así llegó a la final. Eso habla de un recambio real que está buscando Prigioni”.
Durante el torneo, la Albiceleste mostró carácter en partidos clave. En semifinales venció a Canadá con un despliegue colectivo notable y una efectividad altísima en triples, especialmente de Luca Vildoza, que anotó 26 puntos y fue figura con 7 de 9 desde el perímetro. También se había impuesto a Puerto Rico en un duelo vibrante que se definió en tiempo suplementario.
Ya en la final, la historia fue diferente. Argentina tuvo un goleo muy bajo —apenas 47 puntos en total— y sufrió porcentajes de tiro muy flojos, con apenas un 14% en triples de Nicolás Brussino y 0 de 4 en tiros de tres de Marcos. “Fue un partido sucio, muy defensivo. Argentina hizo un gran trabajo atrás, porque dejar a Brasil en 55 puntos es meritorio, pero adelante no encontró variantes”, analizó Banchero.
Más allá de la derrota, dos jugadores argentinos integraron el quinteto ideal del torneo: Juan Fernández, con promedios de 13,7 puntos, 6 rebotes y 2,8 tapones, y Vildoza, que cerró la AmeriCup con 14,8 puntos y 5,8 asistencias de media.
El técnico Pablo Prigioni remarcó tras la final que el objetivo inicial era “sumar minutos y experiencia internacional”, pero el rendimiento empujó al equipo a ilusionarse con pelear por el título. “Nos vamos con muy buenas sensaciones, orgullosos del crecimiento de este grupo en apenas 40 días de trabajo”, expresó.
De cara al futuro, la Selección afrontará en noviembre las ventanas clasificatorias al Mundial, donde se espera el regreso de referentes como Facundo Campazzo, Gabriel Deck o Nicolás Laprovíttola. También podrían sumarse jóvenes en desarrollo en Europa como Leandro Bolmaro y el “Pato” Garino.
“Con este recambio, Argentina demostró que no tiene techo. No se pudo contra Brasil, pero la camada que viene ilusiona mucho”, concluyó Banchero en su análisis.
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