Hiram Roth, guardavidas, licenciado en Educación Física y profesor de natación en el Polideportivo de Pueblo Esther, habló en Garra y Gambeta sobre la importancia de la constancia en la pileta, los beneficios para la salud y el valor de enseñar a nadar desde la infancia.
En una entrevista cargada de anécdotas personales y experiencias profesionales, Hiram Roth dejó en claro que la natación no solo es un deporte, sino también una herramienta de vida. “Lo primero que pregunto a quienes llegan a la pileta es por qué empiezan a nadar. Hay quienes lo hacen por placer, otros por recomendación médica y otros para superar miedos personales. Cada historia es distinta, pero todas encuentran en el agua un espacio de crecimiento”, explicó.
Consultado sobre el debate recurrente entre si conviene desayunar antes de nadar, el profesor recomendó un enfoque equilibrado: “Si vas temprano, conviene algo liviano, una fruta o un café. Si la cena de la noche anterior fue completa, se puede ir en ayunas y después desayunar fuerte. Lo importante es que el cuerpo se sienta cómodo”.

Uno de los puntos centrales de la charla fue el rol de la natación en la salud adulta. Según Hiram Roth, “es un deporte muy noble porque reduce el riesgo de lesiones, mejora la capacidad cardiovascular y fortalece la musculatura sin impacto en las articulaciones. Dentro del agua se pierde hasta un 80% del peso real corporal, lo que lo convierte en una actividad ideal para quienes ya no pueden practicar deportes de impacto como el fútbol”.
El profesor también puso énfasis en la importancia de comenzar desde la niñez: “El primer contacto con el agua es en la bañera de casa, cuando al bebé se le cae el cordón umbilical. Si los padres transmiten confianza en ese momento, el niño ya empieza a amigarse con el agua. Desde los seis meses se puede asistir a clases de matronatación. Y creo que todo infante debería aprender a nadar, más allá de si después le gusta el deporte o no. Saber nadar es saber defenderse en el agua y eso puede salvar vidas”.
Resaltó que el Polideportivo de Pueblo Esther ofrece un marco ideal para el aprendizaje: “La pileta no es profunda, lo que da seguridad a los adultos que se inician. Además, el municipio invita todos los años a alumnos de cuarto a séptimo grado de las escuelas primarias a participar en clases gratuitas de natación. Es una oportunidad que hay que aprovechar, aunque todavía falta difusión”.
Finalmente, el guardavidas subrayó un concepto clave: la constancia. “De nada sirve ir una sola vez y faltar tres semanas. La clave está en sostener dos veces por semana. Eso no solo aplica a la natación, sino a cualquier deporte. Pero en el agua la mejora es evidente: se pierde el miedo, se gana resistencia, fuerza y confianza. La natación es un camino largo, pero muy gratificante”.
Con más de 12 años de experiencia en la pileta local, Roth destacó la cercanía con la comunidad: “Conozco a casi todos los chicos que pasaron por el poli. Algunos ya están en la facultad y los recuerdo desde que venían a la colonia. Saber que aprendieron a nadar acá y que hoy lo disfrutan o lo aplican en su vida es una de las mayores satisfacciones de este trabajo”.
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