El artista de Pueblo Esther expone en la Casa del Artista Plástico de Rosario una muestra que celebra 25 años de trayectoria. Con curaduría de su compañera, Silvia, la propuesta combina oficio, creatividad y reflexión sobre la cultura y el rol del arte en la comunidad.
En la Casa del Artista Plástico de Rosario se inauguró la muestra “Pequeñas historias de grandes personajes”, una selección de esculturas en hierro de Sergio Pradier, vecino de Pueblo Esther que lleva más de dos décadas forjando materiales reciclados y transformándolos en expresiones artísticas singulares. La exposición no solo significa un nuevo capítulo en su carrera, sino también la oportunidad de conmemorar los 25 años de su primera muestra individual en el mismo espacio.
“Fue un poco casualidad, pero también una oportunidad para celebrar todo este recorrido”, contó Sergio Pradier, quien inició su camino en el arte desde el dibujo en su Chaco natal, para luego vincularse con la herrería y descubrir en el hierro un medio expresivo tan rudo como maleable. “El hierro me dio la posibilidad de trabajar de forma directa: cortar, soldar y ver cómo la obra se sostiene. Ese desafío de lograr estructuras firmes es también parte de la magia”, señaló.
Esculturas hechas de historias y reciclaje
La muestra reúne piezas realizadas en 2024 y 2025, con un criterio de selección que privilegia aquellas obras que dialogan entre sí y construyen narrativas propias. Muchas de ellas surgen a partir de materiales reciclados: chapas, tornillos, bisagras o restos de herrería que cobran nueva vida en personajes inventados que parecen salir de un cuento.
Sergio reconoce que este proceso está profundamente ligado a su oficio cotidiano: “A veces corto una bisagra vieja, la guardo, y más tarde se transforma en el brazo de un robot. Siempre digo: todo sirve, todo tiene un destino posible en una escultura”.
Además de las obras tridimensionales, el artista incorporó en esta etapa una serie de trabajos en plano: composiciones sobre madera recuperada, en las que las chapas y hierros conforman volúmenes sutiles que recuerdan a cuadros metálicos.

Reconexión con Rosario y proyección colectiva
Tras casi dos décadas residiendo en Pueblo Esther, tanto Sergio como su compañera Silvia, artista plástica y docente, decidieron volver a vincularse con el circuito artístico rosarino. “Nos habíamos desconectado un poco, pero ahora sentimos la necesidad de recuperar esos lazos. Esta muestra es un paso más en ese camino”, expresó el escultor.
La recepción, asegura, ha sido muy positiva, tanto en Rosario como en su localidad de residencia. “Mucha gente me conoce como herrero y ahora me descubre también como escultor. Eso genera un orgullo doble: que lo valore el vecino común y también quien sabe de arte”, dijo.
Silvia, encargada de la curaduría de la exposición, destacó la importancia del diálogo entre las piezas: “La selección no fue azarosa. Hay personajes que conversan entre sí, que forman parte de una misma historia, y eso construye la magia de la muestra. Fue un trabajo conjunto de investigación y de búsqueda de nuevas formas”.
Cultura, territorio y desafíos
Ambos artistas remarcaron la necesidad de contar con espacios de exposición en Pueblo Esther que permitan visibilizar la producción local. “Hay muchísima gente que crea, pero no tenemos un lugar físico donde mostrar. El centro cultural cumple un rol, pero hace falta un espacio pensado para exposiciones permanentes. El pueblo ya lo merece”, señaló Silvia.
Sergio sumó la experiencia de ciudades como Resistencia, “la ciudad de las esculturas”, donde la cultura es considerada una inversión estratégica: “Cuando se entiende que la cultura genera identidad, bienestar y también movimiento económico, se transforma en motor de desarrollo. Ojalá algún día podamos tener en nuestro pueblo encuentros de escultores o simposios que permitan que la gente conviva con el proceso artístico en vivo”.

La muestra y lo que viene
“Pequeñas historias de grandes personajes” puede visitarse en la Casa del Artista Plástico de Rosario hasta el 29 de septiembre, en los horarios de talleres: lunes y viernes de 17 a 19 y martes de 16 a 19. Además, se proyecta la realización de conversatorios y visitas guiadas para profundizar la experiencia.
Mientras tanto, tanto Sergio como Silvia continúan trabajando en nuevos proyectos, participando en ferias y mercados de arte, y apostando a que la producción cultural local gane visibilidad. “El arte es un lenguaje universal que nos permite dialogar más allá de las palabras. En momentos difíciles, es también lo que nos salva de la locura. Por eso creemos que hay que seguir insistiendo en su valor”, concluyó.
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