El exjugador de Newell’s Old Boys y actual entrenador, Sergio Giovagnoli, repasó en una extensa entrevista su carrera deportiva, desde los inicios en el barrio Saladillo hasta su paso como ayudante técnico de Gerardo “Tata” Martino en el Mundial de Qatar 2022. Con anécdotas que recorren el fútbol argentino e internacional, Giovagnoli dejó en claro que “llevar la celeste y blanca es un orgullo” que lo acompañará siempre.
Sergio Giovagnoli recordó que su vínculo con la pelota comenzó en la plaza de su barrio: “Yo vivía frente a dos plazas y ese fue mi único y gran juguete. A los ocho años un amigo me llevó a Newell’s y ahí arranqué”. Su debut en primera llegó muy rápido, con apenas 17 años, en un partido frente a Vélez donde le tocó marcar a Carlos Bianchi. “Me tocó debutar con jugadores enormes como el Tolo Gallego, Daniel Killer, Piazza o Talavera. Con semejantes compañeros uno sentía menos la presión”, recordó.
El exdefensor integró planteles históricos de la Lepra junto a figuras como Juan Simón y participó de la Selección Juvenil en 1981, donde fue capitán. “Ser elegido entre tantos buenos jugadores y ponerme la celeste y blanca fue maravilloso. Eran momentos inolvidables”, expresó. También recordó su paso por el preolímpico de 1980 bajo la tutela de César Menotti y la rigurosidad del preparador físico Pizzarotti, a quien definió como “un milico, pero con un equilibrio perfecto junto al Flaco”.
Una lesión de rodilla en 1982 lo mantuvo casi dos años fuera de las canchas. “Fue una etapa fea, complicada. En esos años una operación de rodilla no era lo que es hoy”, explicó. Sin embargo, supo recomponerse y continuar una carrera que lo llevó por San Lorenzo, Huracán, Banfield, Belgrano de Córdoba, Bolívar de La Paz, el Maccabi Tel Aviv en Israel, Central Córdoba y Aldosivi, entre otros equipos. “Tuve la suerte de jugar con planteles de enorme jerarquía, como el San Lorenzo de Chilavert, Higuaín, Ortega Sánchez o Perazzo”, repasó.

En su etapa internacional, Giovagnoli tuvo una breve experiencia en Israel, casi de casualidad: “Me llamaron porque se había lesionado un defensor del Maccabi. Viajé, conocí Tel Aviv y Jerusalén, jugué algunos amistosos, pero fue más una experiencia de vida que futbolística”.
Con el retiro, comenzó una carrera como entrenador. Pero uno de los capítulos más importantes llegó cuando fue convocado por el Tata Martino para sumarse al cuerpo técnico de la Selección de México. “Fue inesperado y emocionante. Arrancamos en 2019 y trabajamos hasta el Mundial de Qatar 2022. Fue un desafío enorme, un nivel de estructura impresionante. Además, era estar con amigos de toda la vida como el Tata, el Gringo, Daniel y Jaco. Compartimos cuatro años inolvidables”.
Giovagnoli destacó que la experiencia mundialista fue uno de los mayores aprendizajes de su vida futbolística y personal. “Lo viví con mucha responsabilidad y orgullo. Formar parte de un proceso de ese nivel fue extraordinario”, afirmó.
Hoy, con la mirada puesta en seguir vinculado al fútbol desde la formación, Sergio Giovagnoli sostiene que su historia con la pelota empezó en un potrero y lo llevó a recorrer el mundo. Y que en cada paso, la pasión por la camiseta argentina y el legado de quienes lo marcaron en su camino siguen siendo el motor de su presente.
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