Por Fabián Silvestre Cataneo
Pensaba que nada quitaría mi sueño
que en las noches soñaría contigo
en un profundo y bello ensueño
y quizás por error sufro este castigo.
Pensaba que nada me quitaría de tu lado,
y en realidad no estaba pensando.
Era mi mente que inocente encantado,
me hizo vivir, y sin ti me estoy quedando.
Y es un martirio por saberte prohibida
no solo mi conciencia sino mi palpitar
es tanto culpable como lo es mi recaída.
Aún inocente mi corazón por conquistar,
mi alma cargada de verdad asolada
sigue, aunque ausente de ti enamorada. –