Durante los últimos días, los vecinos de Country 16 en Pueblo Esther se vieron sorprendidos por la notificación de un aporte obligatorio de 500 mil pesos para financiar la obra de cloacas que ya se encuentra en ejecución. La situación generó malestar y encendió un debate sobre la falta de comunicación oficial, los costos reales del proyecto y el rol de la Municipalidad en el proceso.
Lucía Quiroga, vecina del barrio, relató cómo se enteraron de la medida: “La semana pasada pasó una chica en bicicleta, como pasa a dejar el impuesto, y dejó una nota en donde te decían que tenías que llegarte a la comuna y elegir la forma de pago antes del 31 de octubre del monto de aporte obligatorio al vecino para esta obra pública”. Según explicó, el monto fijado ronda los 500 mil pesos en un pago único, con la posibilidad de abonarlo en tres cuotas sin interés o en hasta 36 cuotas, que alcanzan el millón de pesos.
El impacto de esta notificación fue inmediato en los grupos de vecinos, donde comenzaron a circular consultas y reclamos. “Obviamente el WhatsApp grupal del barrio se empezó a prender fuego porque todos quedamos de cara”, señaló, quien agregó que cada familia empezó a pedir información a los concejales y representantes locales.
La vecina destacó que si bien la obra de cloacas era una demanda histórica del barrio, lo sorpresivo fue el mecanismo de financiamiento. “Lo que nos contaban desde el Concejo es que la obra de la cloaca tiene una naturaleza diferente a otras, como el alumbrado, donde uno podía negarse. Acá es algo básico del barrio. Lo que se votó en el Concejo fueron cifras diferentes, no estos montos, y además se suponía que iba a haber un trabajo previo de comunicación con los vecinos”, expresó.
El desconcierto también gira en torno al origen de los fondos y la transparencia del proceso. “Parece que la obra la estamos pagando solo los vecinos. No creo que sea así. Lo que están haciendo ahora los concejales, mediante toda esta movilización, es pedir informes para saber cuánto dinero se destinó a la obra y cuánto se recaudaría con estos aportes. Además, en la carta decía que cada tres meses se iba a ajustar a la inflación, y eso tampoco corresponde”, afirmó.
La situación generó preocupación por la magnitud de los costos en un contexto económico difícil. “Cuando vos te llevas una boleta de 500 mil, en el contexto en el que la jubilación mínima es de 300 mil, a mí me parece directamente una agresión. Es violencia. ¿Cómo sabés si un ciudadano cualquiera tiene ese dinero para pagar o endeudarse y terminar pagando el doble?”, cuestionó Lucía.
A ello se suma el gasto de conexión domiciliaria, que no está incluido en la obra pública. “No es solo la conexión a la red, vos tenés que pagarle al que venga a hacerte el zanjeo, que hoy está entre 900 mil y un millón de pesos, y además tiene que ser un plomero matriculado. No lo puede hacer cualquiera”, explicó.
Lucía remarcó que los vecinos no se oponen a la obra, sino a la forma en que se impuso el aporte. “La urgencia y la rapidez con la que esto escaló nos sorprendió a todos. Mientras hay otras necesidades urgentes que no avanzan, de repente nos chanta una nota en la puerta con una deuda de medio millón de pesos. No estamos en contra de la obra, todo lo contrario, la pedimos y la necesitamos, pero no de esta manera”.
En ese marco, los concejales locales ya presentaron pedidos de informes y convocaron a una reunión con los vecinos para clarificar la situación. “Estamos esperando día y hora para encontrarnos con los concejales. Queremos que se transparente el tema y que se nos explique cómo se llegó a estos montos. Y pedimos también que se extienda la fecha límite, porque el 31 de octubre es imposible. Lo lógico sería hasta diciembre”, indicó.
Finalmente, la vecina llamó a no desviar el eje del reclamo: “Esto no tiene que ver con partidos políticos, todos los vecinos estamos unidos en el mismo interés común. Queremos la obra, pero queremos transparencia. La primera transparencia, en este tipo de obras con esos montos, es hacia el vecino”.
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