“La vacunación no es una elección individual, es una necesidad colectiva”

En el Día del Médico, el Dr. Juan Carlos Singereisky volvió a poner en agenda un tema urgente: la caída histórica en los niveles de vacunación en niñas, niños y adultos, que ya está generando rebrotes de enfermedades que la Argentina había logrado controlar hace décadas. En diálogo con Enlace de Noticias, el médico fue contundente al cuestionar la reciente exposición convocada en la Cámara de Diputados, donde se dio lugar a ponencias antivacunas sin respaldo científico. “Lo que ocurrió en el Congreso es una vergüenza, no tiene posibilidad de discusión”, sentenció.

En el Día del Médico, el Dr. Juan Carlos Singereisky volvió a poner sobre la mesa un debate que parece increíblemente vigente en pleno siglo XXI: la necesidad de defender la vacunación como política pública fundamental. En diálogo con Enlace de Noticias, el médico no solo cuestionó el preocupante descenso en los niveles de vacunación en Argentina, sino que fue especialmente crítico frente a los discursos antivacunas que han ganado espacio incluso en ámbitos institucionales. “Lo que ocurrió en el Congreso es una vergüenza, no tiene posibilidad de discusión”, afirmó en referencia a la reciente exposición en la Cámara de Diputados donde se habilitaron voces contrarias a la inmunización sin respaldo científico. Para el profesional, incluso discutir su validez resulta absurdo: “Uno no puede discutir si la tierra es redonda o no. Aunque se discuta”, lanzó con ironía.

Singereisky subrayó que Argentina cuenta con uno de los calendarios de vacunación más completos del mundo, totalmente gratuito y obligatorio por ley, y que la caída en la cobertura no es un tema menor. “Si vos no te querés vacunar, andate a vivir al medio del campo, a la montaña. Pero si tenés contacto social, tenés que tomar ciertos recaudos para que la mayoría de la población esté vacunada”, sostuvo. Su mensaje fue claro: la vacunación no es un acto individualismo sino una responsabilidad con el conjunto. La inmunidad colectiva —esa barrera que evita que virus y bacterias circulen libremente— solo funciona cuando la mayoría está protegida. Y hoy, esa condición empieza a romperse.

El médico explicó que la vacuna, además de evitar contagios, modifica radicalmente el curso de la enfermedad. “La vacuna evita que el virus circule y, si te lo contagiás, hace que la enfermedad pase casi desapercibida. Esa es la enorme diferencia”, dijo. Como ejemplo, mencionó la grave situación del coqueluche —o tos convulsa— que ya causó diez muertes en Argentina, una de ellas en Villa Gobernador Gálvez. “Si los chicos y los adultos no estamos vacunados, los niñitos que no se pueden vacunar, si circula el virus, se mueren”, advirtió, recordando que los lactantes dependen de la inmunidad de quienes los rodean.

Consultado sobre los motivos de esta drástica caída en la vacunación infantil, Singereisky enumeró varias causas pero hizo foco en la más evidente: la ausencia del Estado. “Nadie le cuenta a nadie lo que es una vacuna. Nadie le dice lo importante que es vacunarse. Nadie garantiza que en los dispensarios estén todas las vacunas”, señaló. Según el médico, la pandemia fue un punto de quiebre, pero la desinformación, las dificultades de acceso y la falta de campañas sostenidas complejizaron aún más el panorama. Y remarcó que esta falta de políticas públicas no es casual: “Cuando votamos, tenemos que pensar si elegimos a alguien que nos promete destruir el Estado y que cada uno se pague la salud, o elegimos a alguien que nos cuide”.

En ese sentido, consideró como una medida necesaria el regreso de las campañas de vacunación dentro de las escuelas, decisión que el gobierno provincial comenzó a implementar nuevamente. “La escuela sigue siendo un eje neural de nuestra organización social. Es correcto acercar ahí la vacunación porque el sistema de salud está bastante destruido”, afirmó. No obstante, advirtió que el control está debilitado. “Cuando anotás a tu hijo en la escuela te piden el carnet de vacunación, pero no hay control. Está muy flexibilizado”.

El médico insistió también en que el rol de la prevención no es exclusivo de los pediatras: todos los profesionales de la salud deben revisar los carnets y recordar la importancia de completar esquemas. “Nada excusa a que el médico prevenga, asesore, explique. En este momento, donde la tos convulsa circula como hace 30 años y donde vuelve a haber tuberculosis y sífilis, todos los médicos tenemos que insistir con la vacunación”.

En este punto, Singereisky conectó el debate con otro problema sanitario urgente: el retroceso en los tratamientos del VIH/SIDA, justo después del Día Mundial de la Lucha contra esta enfermedad. “Muchos pacientes con SIDA no están recibiendo la medicación. El Estado se está corriendo de esos tratamientos y aumentó la mortalidad”, advirtió. Y vinculó la situación con la falta de preservativos en los centros de salud: “Cuando los chicos van al dispensario y no encuentran profilácticos, una de las enfermedades que pueden contagiarse es SIDA”.

Para el profesional, la raíz del problema es la misma: la salud como derecho se sostiene con política pública, no con decisiones individuales. “La salud es un derecho. Entre todos, y con los médicos a la cabeza, tenemos que pelear para que el Estado nos garantice ese derecho”, expresó.

En el cierre, dejó un mensaje directo para la comunidad de Pueblo Esther: el vacunatorio local funciona todas las mañanas y es fundamental que tanto familias como adultos revisen sus carnets. “Es un minuto. Evitás contagiarte y evitás contagiar a otros. Esa es la importancia de la vacunación”.