Costó pero llegó: hay consenso para la reforma constitucional santafesina

El tema del piso electoral se destrabó: será del 2,5 por ciento del padrón. Este jueves a la mañana surgió una nueva diferencia dentro del propio oficialismo, que se saldó para el lado que quería Pullaro, aparentemente en acuerdo con Perotti: las elecciones a constituyentes serán en abril de 2025 pero la Convención recién sesionará entre noviembre de 2025 y febrero 2026. 37 diputados sobre 50 votarán a favor del proyecto

Fumata blanca. El trabajoso acuerdo por la reforma de la Constitución santafesina se cerró finalmente este jueves después del mediodía, luego de que los distintos sectores que compondrán una mayoría que superaría los dos tercios que se necesitaban en diputados -el número mágico es 34, pero serán 37 votos- saldaron la última diferencia: en qué fecha sesionará la Convención Constituyente. Lo que va a decir la ley es que se faculta al gobernador a que convoque a la convención dentro de un plazo de hasta un año de la elección: se estima que será entre noviembre de 2025 y febrero de 2026, que fue lo que Maximiliano Pullaro le planteó, aparentemente a pedido de Omar Perotti, a los legisladores de Unidos este jueves a la mañana. El socialismo había propuesta este miércoles e insistido 24 horas después en una reunión con el propio mandatario provincial que sea a mitad de este año, para no tener diez meses a los convencionales electos en el freezer. Tuvo que ceder.

Así las cosas, a  las 15.22 del jueves la sesión de Diputados trataba la ley de presupuesto, luego el plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales iba a aprobar el dictamen que elaboraba a todo vapor un grupo especial de redacción del mismo,  y la idea era que sobre fin de la tarde se retomara la sesión que le dará media sanción a la ley de necesidad de la reforma constitucional. Faltará la aprobación del Senado, que se producirá este viernes.

Que los legisladores sienten que están haciendo historia, al poner en marcha un proceso que culminará probablemente a mediados o fines de 2025 con una nueva Carta Magna para Santa Fe después de 62 años, es algo que se refleja en la participación que tuvo este miércoles la reunión de las comisiones de Asuntos Constitucionales de ambas cámaras que busca llegar a una síntesis entre los nueve proyectos de ley sobre el tema que tienen estado parlamentario. Llegó a haber 31 diputados y 9 senadores presentes, es decir que casi se ocuparon en su totalidad las bancas de la Cámara baja.

Lo que trababa que se terminara de cerrar el acuerdo es la forma en que se elegirán los convencionales que tendrán a su cargo escribir el nuevo texto constitucional. El perottismo accedió a que, como propuso el oficialismo, la composición de la Convención sea similar a la de la Legislatura, con 50 integrantes elegidos por distrito único (como los diputados) y 19 representantes departamentales (como los senadores). 

Pero reclamaba también que, como será una sola instancia electoral sin Paso, que pueda haber listas departamentales que se presenten sin contar con una nómina provincial de referencia. Eso le permitiría al peronismo, ante su atomización interna, ir divididos a nivel provincial y, a la vez, cerrar acuerdos departamentales.

Unidos estaba dispuesto a buscar la forma de resolver esa situación, pero a la vez pedía que el perottismo flexibilizara su exigencia de fijar un piso del 3 por ciento del padrón para poder acceder a la Convención, lo que equivale a cerca de 80 mil votos. Este jueves el perottismo aceptó que ese piso sea del 2,5 por ciento.

El piso del 3 por ciento era considerado directamente “proscriptivo” por el Frente Amplio por la Soberanía, que el miércoles a la tarde amenazó con retirar los dos votos que estaba dispuesto a aportar a favor de la ley de necesidad de la reforma constitucional: el de Claudia Balagué y Fabián Palo Oliver.

“Todas nuestras propuestas no fueron contempladas”, se quejó amargamente Oliver, que recordó que su sector pedía que no haya piso, que sí haya Paso y que se vote 69 convencionales por distrito único.

El problema de Oliver y Balagué es que sus votos, que hasta hace poco eran imprescindibles para llegar al número mágico que componen los dos tercios que se necesitan para habilitar la reforma en la Cámara de Diputados -34-, hoy no lo son tanto porque se sumaron otras voluntades. Omar Paredes, del bloque de Amalia Granata (Somos Vida) pero de pasado radical, confirmó que levantará la mano y lo mismo hará el outsider Juan José Piedrabuena.

Esos dos votos, sumados a los cuatro del perottismo y los 28 del oficialismo alcanzan para llegar a los 34, en una sesión en la que además estará ausente, porque viajo a El Vaticano, Amalia Granata, la lengua más filosa contra la reforma constitucional.

Finalmente, este jueves al mediodía se acordó que el piso sea del 2,5 por ciento. Eso alcanzó para que el FAS quede dentro del acuerdo, con lo cual llegan a 37 los votos a favor de la reforma en Diputados ya que se confirmó otra fuga en el bloque de Lanata: la de Edgardo Porfiri. 

Fuente: Rosario3