La concejala Carina Cappelletti analizó lo ocurrido en la última sesión del Concejo Municipal de Pueblo Esther. Defendió la aprobación del Plan Trienal de Obras Públicas, cuestionó la utilización política del discurso de la “transparencia” y remarcó la necesidad de ordenar el funcionamiento de las asesorías legislativas. También advirtió sobre el clima de violencia y destrato en los debates.
Durante la sesión del jueves, el Concejo Municipal de Pueblo Esther trató proyectos clave: el Plan Trienal de Obras Públicas, la adhesión al nuevo símbolo internacional de accesibilidad y la regulación del trabajo de asesores legislativos. En diálogo con Enlace de Noticias, la concejala Carina Cappelletti expuso su posición y dejó definiciones sobre el escenario político local.
Respecto al Plan Trienal, Carina Cappelletti sostuvo que se trata de una “deuda pendiente con la comunidad”, más que de una planificación hacia futuro. “Esta ciudad necesita obras: pavimento, agua potable, iluminación. Son demandas históricas de los vecinos que pagan sus impuestos y esperan respuestas mínimas en calidad de vida. Por eso acompañé el plan”, afirmó.
La edil detalló que el proyecto incluye la reconversión lumínica a tecnología LED, la ampliación de la red de agua potable y la pavimentación de arterias estratégicas. Explicó que cada obra tendrá su proyecto específico, que deberá ser visado por el Concejo en función de los marcos legales vigentes. “No se trata de perder control. El plan establece principios generales, pero cada etapa deberá pasar por los mecanismos de contralor. Plantear lo contrario es, en mi opinión, parte de una escenificación política que no mejora la vida de la gente”, cuestionó.
En ese sentido, la concejala fue crítica con la postura de Kiney Compiano, quien impulsó un dictamen de minoría reclamando que el Concejo tuviera aprobación y no sólo visado sobre cada obra. “Se utilizó el discurso de la ‘transparencia’ como bandera, cuando en realidad eso siembra dudas sobre la política. Es un recurso que viene de la lógica nacional de estigmatizar la política, hablar de casta o corrupción. Yo no lo comparto”, advirtió.
Otro de los proyectos aprobados en la sesión fue la regulación del trabajo de asesores legislativos, impulsado por Carina Cappelletti. La normativa limita la cantidad de asesores por concejal, obliga a su identificación formal y prohíbe que participen con voz en reuniones de comisión. Además, habilita la incorporación de asesorías ad hoc de organizaciones o entidades especializadas para debates específicos. “Los asesores son necesarios, pero no pueden reemplazar la voz de los concejales. Este ordenamiento busca mejorar la calidad del debate y evitar que se desvirtúe la función legislativa”, explicó.
La concejala también valoró la adhesión de Pueblo Esther al nuevo Símbolo Internacional de Accesibilidad Universal, al que definió como “una señal de inclusión y compromiso con la diversidad”.
Finalmente, hizo un llamado a recuperar códigos políticos en el Concejo: “Hay un nivel de violencia y destrato que no suma. Si no frenamos esa lógica, no vamos a poder debatir en serio ni generar proyectos que mejoren la vida de la gente. Yo sigo apelando a un pacto social democrático, a reconstruir vínculos de respeto y a no reproducir adentro del Concejo la misma violencia que está dañando a la sociedad”.
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