El equipo de Pueblo Esther perdió 2 a 1 en Arroyo Seco y quedó eliminado en cuartos de final de la Liga Regional del Sud. A pesar del resultado, Caju mostró personalidad, buen juego y le hizo partido a uno de los candidatos. La derrota no borra lo construido.
La ilusión de Club Atlético Juventud Unida (Caju)llegó a su fin en la fría noche del miércoles, cuando Unión de Arroyo Seco se impuso 2 a 1 y selló su pase a las semifinales del Torneo Apertura de la Liga Regional del Sud. A pesar de la eliminación, el conjunto dirigido por Adrián Cambiasso se despidió con la frente en alto, luego de disputar un partido parejo, intenso y por momentos de muy buen nivel ante uno de los equipos más sólidos del campeonato.
Con el 2-0 adverso en la ida, Caju llegó a este cruce con la necesidad de revertir la serie en una cancha difícil y ante un rival que, aunque presentó una formación alternativa por sus compromisos en la Copa Santa Fe, supo golpear en los momentos justos. Sin embargo, el equipo de Pueblo Esther nunca se achicó y demostró que está a la altura de los mejores de la liga.
El primer tiempo fue disputado, con Unión dominando la pelota y el ritmo del juego, mientras Caju buscaba espacios para salir de contragolpe. A los 25 minutos, Chaparro puso el 1 a 0 para el local tras una jugada rápida que encontró mal parado al fondo visitante. Con ese resultado se fueron al descanso.
En el complemento, Caju creció, ajustó líneas y empezó a presionar más arriba. El premio llegó a través de Rodrigo Tévez, quien desde tres cuartos de cancha clavó un bombazo imparable para empatar el partido. El tanto del joven defensor —destacado por todos los análisis como una de las figuras— renovó la esperanza, y durante varios minutos Caju empujó con convicción y tuvo chances claras para aumentar.
Pero cuando mejor estaba, un error entre el arquero Alonso Centurión y un defensor tras un córner dejó servido el segundo tanto para Unión, que aprovechó la desinteligencia y puso el 2 a 1 definitivo. Desde allí hasta el final, Caju no bajó los brazos: fue al frente, generó situaciones y mantuvo a su rival incómodo hasta el pitazo final.
En el balance, el equipo de Cambiasso demostró carácter, compromiso y una idea de juego clara. “Murió de pie”, coinciden los cronistas. Logró meterse entre los ocho mejores después de muchos años, enfrentó con entereza a un plantel que pelea en varios frentes y nunca dejó de competir.
Desde la hinchada —que acompañó a pesar del frío, el horario y la distancia— hasta el último jugador, Caju dejó una imagen digna y un futuro prometedor. Con una base sólida, jóvenes en crecimiento y un cuerpo técnico comprometido, el desafío será sostener lo conseguido y apuntar más alto en el próximo torneo Clausura, que comenzará en agosto.