El presidente del club, Eduardo Gasparutti, repasó los orígenes de la institución, los desafíos actuales y el proyecto de expansión deportiva.
El Club Atlético Juventud Unida (CAJU) de Pueblo Esther cumplió 73 años y su presidente, Eduardo Gasparutti, repasó el recorrido de la institución, que nació en 1952 y hoy continúa siendo el único club deportivo de la ciudad. “Estamos siempre tratando de reconstruir la historia del club. Lamentablemente se perdió mucha información sobre los primeros años, las comisiones y los presidentes que pasaron”, contó.
Gasparutti relató que el fundador fue Puccini, un vecino de los primeros tiempos de Pueblo Esther, cuando llegaban familias migrantes desde Europa tras la guerra. “El club empezó en otro espacio, cerca de lo que hoy es el Parque Don Nasa. Luego se trasladó al centro, donde está la sede actual, y más adelante se incorporó el predio deportivo que hoy conocemos”, señaló.
También explicó cómo surgieron los colores característicos de CAJU: “Inicialmente la camiseta era azul y amarilla, pero en un torneo amistoso en Rosario coincidían con otro equipo. Les prestaron camisetas rojas y blancas, y desde entonces esos colores quedaron. La franja en V simboliza la ideología socialista de los fundadores”.

El dirigente remarcó la importancia de recuperar la memoria institucional: “Hay fotos dispersas en distintos vecinos y sería muy lindo poder armar un archivo histórico. Hace también a la historia de la localidad”. Según adelantó, la Biblioteca Popular de Pueblo Esther trabaja en un proyecto para crear un archivo comunitario con la participación de historiadores.
Gasparutti preside la institución desde hace tres años, en su segundo mandato, aunque colabora desde hace más de siete. “Empecé cuando mis hijos jugaban al fútbol y luego con el básquet, que ayudamos a fundar”, recordó.
Sobre la actualidad del club, destacó que CAJU tiene entre 800 y 1.000 socios activos, en su mayoría deportistas, y que en los últimos años creció en cantidad de disciplinas. “Después de la pandemia hubo un crecimiento enorme, la gente volvió a buscar espacios de encuentro. Pero hoy cuesta sostener el funcionamiento por la situación económica. Bajó mucho el pago de cuotas y los gastos se multiplicaron”, explicó.
Frente a ese escenario, el club apuesta a la unidad entre las disciplinas y la autogestión. “Buscamos que todos participen. El evento del sábado, la fiesta retro, tiene como objetivo recaudar fondos para pintar y reparar la sede. Cada vez que hacemos un evento definimos el fin específico para que todos sepan a dónde va lo recaudado”, detalló.

También mencionó la campaña SUMAR, impulsada para recibir donaciones voluntarias: “No marcha como esperábamos, juntamos lo recaudado de dos o tres meses y lo usamos para arreglos o compra de luces. Queremos relanzarla con más difusión en redes para que tenga mayor alcance”.
En cuanto a las gestiones institucionales, Gasparutti informó que el club está regularizando su situación legal para poder acceder a programas provinciales de ayuda económica. “Estábamos atrasados con balances, pero ya estamos terminando toda la certificación para presentarnos a dos programas de la provincia que pueden ayudarnos mucho”, adelantó.
Finalmente, se refirió al proyecto que impulsa el Concejo Municipal para que el predio que pertenecía al club Villa Matel pase a manos de CAJU: “Estamos a la expectativa. Tenemos un grupo de chicas y padres que impulsan el hockey, y si ese espacio se cede al club, sería una gran oportunidad para recuperar la disciplina en la ciudad. Es importante que el hockey vuelva a tener lugar en Pueblo Esther”.
Gasparutti concluyó con un mensaje de agradecimiento: “CAJU cumple 73 años siendo parte de la historia y la identidad de nuestra comunidad. Ojalá podamos seguir creciendo con el apoyo de todos”.