El equipo juvenil del Club Atlético Juventud Unida logró el título tras una final muy disputada que se definió por penales. Su director técnico, Fernando Vázquez, destacó el compromiso del grupo, el trabajo sostenido durante el año y el valor formativo del logro.
La Cuarta División del Club Atlético Juventud Unida de Pueblo Esther cerró el año de la mejor manera al consagrarse campeona de la Copa Amistad, en una final disputada el último fin de semana en cancha neutral de Libertad, en General Lagos. El equipo dirigido por Fernando Vázquez superó por penales a Talleres de Arroyo Seco, luego de un partido intenso, cargado de emociones y jugado bajo un calor agobiante, que terminó igualado en el tiempo reglamentario.
“Fue una victoria muy linda, muy sufrida también. Los chicos dejaron todo en la cancha, con un calor terrible, pero se jugó y se ganó, que era lo más importante”, expresó el entrenador, todavía emocionado por el logro obtenido.
El título tiene un valor especial si se tiene en cuenta el contexto en el que se desarrolló la temporada. Vázquez explicó que el equipo contó durante todo el año con un plantel muy reducido, apenas 16 jugadores, todos del pueblo, lo que obligó a redoblar esfuerzos y a buscar alternativas para sostener la competencia. “Fue un esfuerzo enorme de los chicos. Tuvimos lesiones, problemas musculares y muchas dificultades, pero lo sacamos adelante con mucho trabajo y compromiso”, señaló.
En ese camino, resultó clave el trabajo articulado con los cuerpos técnicos de Primera y Reserva, que permitieron que los jugadores de Cuarta entrenaran en algunos momentos con categorías superiores para fortalecer el aspecto físico y anímico. “Nos dimos cuenta de que los chicos necesitaban un empujón, no solo futbolístico sino también desde lo mental. Entrenar con Reserva y Primera les dio otra templanza y otra disciplina”, explicó el DT, destacando el acompañamiento de los coordinadores y profesores del club.
La final tuvo todos los condimentos. CAJU comenzó en desventaja, logró empatar el partido y, sobre el cierre, sufrió un penal en contra que pudo haber cambiado la historia. Allí apareció la gran figura de la tarde: el arquero Nicolás Cosi, quien atajó el penal en tiempo reglamentario y luego fue determinante en la definición desde los doce pasos. “Lo de Nico fue terrible. Atajó el penal del partido y después tres más en la tanda. Fue su último partido con nosotros y nos dejó un recuerdo imborrable”, relató Vázquez.
El entrenador contó además un detalle que resume la confianza en su arquero: “Cuando la tanda estaba pareja, le pedí que patee el último penal. Lo hizo y ahí nos consagramos campeones. Fue una emoción inmensa”. Cosi, que también forma parte de la Reserva, recibió elogios no solo de su técnico sino también de rivales y colegas. “En todas las canchas nos decían lo mismo: un arquerazo, con seguridad, buen pie y una templanza impresionante. Ojalá tenga muchas oportunidades en las categorías mayores, porque se lo merece”, agregó.
Más allá del título, Vázquez puso el acento en el proceso y en el crecimiento del club. “Esto es un reflejo del esfuerzo de todo el año. No era la copa que apuntábamos al principio, pero el objetivo era llevar algo para el club y lo logramos”, sostuvo. También destacó el comportamiento de ambos equipos tras la final, cuando los jugadores de Talleres realizaron un pasillo y aplaudieron a los campeones, en un gesto de respeto deportivo que fue muy valorado.
El festejo continuó en el vestuario y fuera de la cancha, con los chicos celebrando un logro que hacía años no se conseguía en juveniles para CAJU. “Son chicos de 17 años, viven el fútbol con pasión, pero no dejan de ser chicos. Verlos felices, emocionados, sacándose fotos y festejando, te llena de orgullo”, expresó el DT, quien reconoció que este título es un impulso anímico importante de cara al futuro.
Con la mirada puesta en 2026, Vázquez se mostró optimista respecto al camino que transita el club en lo deportivo. “Se está armando un lindo proyecto, desde arriba hacia abajo. Creo que va a ser un gran año para CAJU, con todas las categorías peleando arriba. Hay que seguir trabajando y apuntar alto”, afirmó.
La consagración de la Cuarta División no solo suma una copa a las vitrinas del club, sino que reafirma un proceso de formación basado en el sentido de pertenencia, el trabajo colectivo y la proyección de los jóvenes futbolistas. “Que los chicos sean del club y defiendan estos colores es lo más importante. Ojalá podamos seguir viviendo muchas alegrías como esta”, concluyó Fernando Vázquez.