Diego Martín Almirón, exjugador y emblema del Club Atlético Juventud Unida (Caju), nos recibió para compartir su historia en el fútbol y su amor por el club que lo vio nacer como deportista. Con humildad y pasión, repasó su trayectoria, anécdotas memorables y envió un mensaje a las nuevas generaciones.
“Yo me crié en Caju desde los cuatro años, jugando en las inferiores desde 1984, acompañado por mi padre, que formaba parte de la comisión del club”, recuerda Almirón con nostalgia. Desde aquellos primeros pasos, su carrera se extendió por décadas, dejando una huella imborrable en la institución.
Entre los momentos más recordados, destacó los campeonatos invictos en la década del 90 con la cuarta división y su paso por la primera, donde formó parte de grandes campañas. “Siempre quise ganar, en cada torneo, en cada partido. Me acuerdo de muchos encuentros emotivos, pero especialmente del clásico de 2010, cuando ganamos 3 a 1 en nuestra cancha y pude convertir un gol”, señala con orgullo.
A lo largo de los años, Almirón jugó en diferentes clubes, pero su corazón siempre estuvo en el Caju. “Donde fui, dejé mi huella de goleador, pero mi alma siempre estuvo en el club de mi infancia”, confiesa. Además, destacó la importancia del sacrificio y la pasión por el fútbol para los jóvenes que hoy forman parte de la institución: “Jugar al fútbol es lo mejor que te puede dar la vida. No es fácil, pero con humildad y esfuerzo todo se puede lograr”.
Actualmente, Diego Almirón reside en San Luis, pero sigue de cerca las novedades del Caju, atento a la evolución del club y con el sueño de ver a las nuevas generaciones defender con orgullo la camiseta roja y blanca. “Voy a estar escuchando el partido del domingo, alentando desde la distancia. Vamos Caju, siempre adelante”.
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