Enzo Gazzaniga, el capitán que volvió a casa y lideró la ilusión de CAJU

Después de siete años, el Club Atlético Juventud Unida volvió a clasificar a los play-offs del torneo de la Liga Regional del Sud. Enzo Gazzaniga, su capitán, habla del valor de la constancia, el esfuerzo y el amor por el club que lo formó. Desde los días de correr entre canchas con la camiseta en el auto, hasta liderar al primer equipo en un año inolvidable.

Volver al club del barrio, abrazar otra vez los colores que te formaron, reencontrarte con tus compañeros de siempre y, desde ahí, ser parte del presente más ilusionante de los últimos años. Esa es la historia de Enzo Gazzaniga, capitán de la primera de CAJU, quien a fuerza de esfuerzo, humildad y pasión por el fútbol, lideró a su equipo hasta los play-offs del torneo local después de siete temporadas.

La entrevista con Garra y Gambeta, emitida por FM Radio Enlace 102.3, tuvo todos los ingredientes de un reencuentro emotivo: anécdotas, risas, memoria de viejos partidos y, sobre todo, mucho amor por el fútbol hecho desde abajo, con sacrificio y sentido de pertenencia.

Un camino que empezó en Rosario

Enzo nació y dio sus primeros pasos futbolísticos en Rosario. Jugó baby fútbol en Central Córdoba y luego en Unión Americana, en la exigente Liga Rosarina. Allí aprendió de esfuerzo y constancia: “Entrenábamos cuatro veces por semana, mi viejo me llevaba hasta la casa del técnico en Las Flores, y de ahí en chata hasta la cancha. Después me buscaba otra vez. Era rutina, pero cuando te gusta, lo hacés con ganas”.

Entre semana, estudiaba. A la tarde, entrenaba. Los fines de semana, se multiplicaba: los sábados y domingos jugaba en la Liga Rosarina y los domingos con CAJU, su club de Pueblo Esther. “Terminaba un partido, me cambiaba en el auto y salíamos disparados para llegar al otro”, recuerda entre risas.

Sin embargo, la experiencia en Rosario no siempre fue sencilla. Su físico —delgado— fue motivo de frustración en un contexto competitivo. “No me gustaba cómo me veía, la camiseta me quedaba enorme, me costaba tener continuidad”, admite. “Eso me fue desgastando”.

Entonces, cuando sintió que no disfrutaba, volvió a su casa. Volvió al Club Juventud Unida de Pueblo Esther.

Volver a CAJU: fútbol con amigos

“Cuando volví me encontré con mis amigos de la infancia, con los que había jugado en cancha de siete. Me sentí acompañado, con confianza. Y eso se notó en mi juego”. A partir de ese regreso, Enzo fue creciendo en lo individual y también colectivamente. Salió campeón con la reserva del club y fue escalando hasta convertirse en una pieza clave de la pirmera división.

Más allá del fútbol, encontró un grupo humano que lo sostuvo: “En equipos como estos, lo que te hace fuerte es el grupo. Si vos tenés un mal día, el compañero te apoya, te empuja, te cubre. Esa es la diferencia. Cuando uno se siente contenido, juega mejor. Se nota”.

Y el recorrido no fue lineal. Enzo tuvo una experiencia en Porvenir Talleres, pero la pandemia cortó ese paso antes de consolidarse. “Fui, jugué unos partidos, y después se cortó todo. Así que volví a CAJU, y ya me quedé”. Hoy, con la cinta de capitán en el brazo, lidera a un equipo que volvió a ser protagonista.

La clasificación después de siete años

El gran hito de esta temporada fue la clasificación a los play-offs. “Después de siete años sin lograrlo, este era el gran objetivo”, cuenta Enzo. “Sabíamos que no éramos favoritos al título, pero teníamos que volver a estar entre los ocho. Ese era el desafío real”.

El cruce fue con Unión de Arroyo Seco, el líder del torneo y viejo conocido: “Casualmente, en 2017 también nos tocó Unión en esta instancia. En aquel momento perdimos por penales, esta vez fue con ventaja deportiva de ellos, pero el crecimiento del equipo se notó. Esta clasificación fue merecida”.

A lo largo del torneo, el plantel sufrió algunas bajas por lesiones y compromisos laborales, pero supieron mantenerse firmes. “Tuvimos que adaptarnos, incorporar chicos jóvenes, cubrir posiciones. Pero lo hicimos en equipo. Todos tiramos para el mismo lado”.

Hoy, con los play-offs ya atrás, CAJU se prepara para una mini pretemporada de cara al próximo desafío. “Queremos seguir creciendo. Se va a reforzar el plantel, tenemos cupos para incorporar y la idea es sumar”, anticipa.

El enganche que se adapta

Enzo Gazzaniga se define como enganche, pero este año jugó como volante por izquierda. “Mi lugar natural es el medio, me gusta tener la pelota, armar juego. Pero si el técnico me necesita en otro lado, me adapto. Lo importante es sumar para el equipo”.

La posición de enganche ha ido desapareciendo del fútbol moderno, pero Enzo conserva ese espíritu de volante creativo. “Trato de moverme cerca de la pelota. En este torneo jugué más tirado a la izquierda, cerrándome, pero sin perder el juego asociado. Siempre estoy buscando cómo hacer jugar a los demás”.

Y eso lo notan sus compañeros. Su liderazgo es silencioso, desde el juego, desde el compromiso. No necesita gritar para ser capitán. Su ejemplo está en su historia, en su constancia, en haber elegido quedarse.

La entrevista también dejó espacio para el costado humano, el del chico que volvió al pueblo y hoy es querido por todos. Cuando le preguntan si está enamorado, Enzo responde entre risas: “Tengo el amor de mis amigos y de mi familia. Con eso estoy completo”.

Y no es una respuesta vacía. Porque su historia no va solo de goles y camisetas. Va del sacrificio de los entrenamientos, de los viajes con su viejo, de los partidos en dos canchas en un mismo día, del volver a empezar. Va del amor por un club que no le prometió fama ni contratos, pero sí una identidad.

Para muchos, jugar en el club del barrio puede sonar a algo menor. Para otros, como Enzo, es el orgullo de representar a su gente. “Acá crecí. Acá volví cuando más lo necesitaba. Este club me dio todo. Yo quiero devolverle un poco de eso”.

Y lo está haciendo. Con liderazgo, compromiso y corazón. En un fútbol cada vez más mercantilizado, historias como la suya recuerdan que también existe otro camino: el de los que eligen quedarse, construir y soñar con los pies en el pasto y el corazón en el escudo.

Entrevista realizada por el equipo de Garra y Gambeta – Radio Enlace 102.3 – Pueblo Esther