Conversamos con Aurea Aranda, vicepresidenta comunal de Acebal, quien nos llevó en un recorrido por la historia, el presente y los desafíos de esta localidad que combina arte, trabajo y compromiso con su comunidad. Desde la Fiesta Provincial de la Poesía hasta la industria del calzado y las obras hechas con fondos propios, una mirada profunda a un pueblo que late con identidad propia.
En el sur de la provincia de Santa Fe, a unos 7 kilómetros de la Ruta Nacional 18, se encuentra Acebal, una localidad que, aunque discreta en el mapa, se destaca por su identidad cultural, su capacidad productiva y la calidez de su gente. Así lo contó en una entrevista distendida y rica en contenido la vicepresidenta comunal Aurea Aranda, quien desde hace poco más de un año ocupa su cargo en la gestión local.
“Nosotros decimos que es el pueblo más lindo de la provincia”, dijo entre risas al comenzar la charla, dejando entrever un orgullo que fue respaldado por cada historia que compartió. Con una población que ronda los 6.000 habitantes, Acebal combina raíces artísticas, fuerza industrial y una gestión que se construye día a día, enfrentando los desafíos propios de los pueblos alejados de los grandes centros urbanos.

Una capital de la poesía
Uno de los sellos distintivos de Acebal es su título de Capital Provincial de la Poesía, un reconocimiento oficial otorgado en los años 80 en honor a poetas nacidos allí, como Roque Noceto y José Pedroni. Desde entonces, cada segundo fin de semana de noviembre se celebra la Fiesta Provincial de la Poesía, un evento que convoca escritores, lectores y amantes del género de distintas partes del país e incluso del extranjero.
“El concurso se abre durante el año para que puedan participar poetas de todo el país, incluso de Centroamérica. Hay un jurado que trabaja desde hace años y que elige los mejores trabajos. Luego, en noviembre, hacemos la entrega de premios en la Plaza de los Poetas, si el clima nos acompaña”, explicó Aranda. La mención al clima no fue casual: noviembre es un mes lluvioso, y más de una vez la celebración tuvo que trasladarse a espacios cubiertos como escuelas.
“Lo vivimos con mucha alegría. Las escuelas se involucran, hay gente que no escribe, pero sí lee y espera esta fiesta con mucha expectativa”, agregó. El evento suele combinarse con ferias de emprendedores y espectáculos musicales, buscando ampliar la participación de la comunidad y fortalecer el vínculo entre cultura y vida social.

Calzado que camina historia
Pero Acebal no vive solo de la poesía. Su principal actividad económica es la industria del calzado, que en sus mejores tiempos ha llegado a posicionarla como un polo productivo regional. “Hoy hay alrededor de 22 fábricas, algunas pequeñas, con tres trabajadores, y otras un poco más grandes. Además, genera mucho empleo indirecto porque muchas etapas del proceso se tercerizan en otros talleres”, explicó Aranda.
Este sector enfrenta, como tantos otros, las dificultades del contexto económico actual. Aún así, sigue siendo la columna vertebral de la economía local, junto con la actividad agropecuaria, que también tiene presencia aunque en menor medida.

Turismo pendiente y hospitalidad presente
A pesar de su riqueza cultural y productiva, Acebal aún no cuenta con una oferta turística desarrollada. “No tenemos alojamiento ni camping armados. Es algo que tenemos pendiente. Algunos visitantes se han quedado en el Tiro Federal, pero no hay una estructura pensada para el turismo”, reconoció.
Eso no impide que quienes visitan la localidad reciban una bienvenida cálida y hospitalaria. “Si vienen, nos llaman, les mostramos el pueblo, tomamos unos mates y recorremos. Después, si quieren, pueden volver para la fiesta de la poesía o para los carnavales”, invitó Áurea con entusiasmo.

Gestión comunal y desafíos
Aranda es parte de una gestión liderada por Daniel Siliano, presidente comunal que ya transita su sexto mandato. Ella, en cambio, asume su primer rol ejecutivo, y ve de cerca las dificultades que implica gobernar con mandatos de tan solo dos años.
“Dos años no te dan margen a nada. Apenas empezás a gestionar, ya tenés que pensar en las próximas elecciones. Para armar un proyecto, conseguir aprobación provincial y ponerlo en marcha, no alcanza. Lo ideal sería un período de al menos cuatro años”, afirmó con convicción.
La falta de tiempo se suma a la burocracia provincial y a la distancia geográfica respecto a los centros de poder. “Estamos sobre la ruta 26, a 7 km de la 18, y eso nos aleja de los grandes corredores. Las diferencias se notan. Las localidades con salida al río Paraná, por ejemplo, tienen más presencia del Estado provincial. Acá, todo cuesta más”, explicó.
Pese a ello, destacan dos obras realizadas con fondos propios: la remodelación de la Plaza Coronel Domínguez y un zanjón de desagüe pluvial, una obra clave para evitar inundaciones. “Es una obra que no se ve, porque va bajo tierra, pero salva al pueblo”, explicó.

Relaciones políticas y gestión provincial
Respecto a la relación con el gobierno provincial, hoy a cargo de Maximiliano Pullaro, Aurea fue sincera. “Cuando no tenés el mismo color político, cuesta más. A veces hay guiños a ciertas localidades. Pero igual, hay que insistir, ir, golpear puertas, presentar notas. La gestión es diaria”, afirmó.
Si bien muchas gestiones con provincia las realiza el presidente comunal, ella considera que es clave tener presencia, sobre todo cuando se trata de gestionar ayuda ante emergencias, como la tormenta reciente que dejó daños importantes en techos y galpones.
Un pueblo con identidad propia
Acebal es poesía, es industria, es historia. Pero también es una comunidad que se construye con trabajo constante, con identidad firme y con ganas de abrirse al mundo. “Tenemos mucho para mostrar. Y aunque falta infraestructura, tenemos algo que no se compra: ganas, cultura y hospitalidad”, concluyó Aurea.
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