Aumentos descontrolados en los alquileres tras la derogación de la Ley de Alquileres

El Centro de Estudios Metropolitanos advierte sobre el impacto del Decreto 70/23 en los contratos de alquileres, con incrementos que superan hasta el 40% los valores anteriores.

Un reciente informe del Centro de Estudios Metropolitanos de la Concejalía Popular de Rosario arroja alarmantes cifras sobre los alquileres en la ciudad luego de la derogación de la Ley de Alquileres. Según Ariel D’Orazio, miembro del Centro, los valores locativos han experimentado incrementos que oscilan entre el 8% y el 40% en comparación con lo que hubiera ocurrido si la ley seguía vigente. Los aumentos, que antes eran semestrales, ahora se aplican de manera mensual, trimestral o cuatrimestral, lo que, según D’Orazio, genera un escenario de profunda desigualdad entre locadores e inquilinos.

El impacto del Decreto 70/23

D’Orazio explica que el Decreto 7023 aceleró la periodicidad de los ajustes en los contratos de alquiler. “Antes se realizaban cada seis meses; ahora, dependiendo del contrato, pueden haber hasta doce ajustes anuales”, señala el especialista. Esta situación, lejos de proteger a los inquilinos, los expone a una asimetría de poder en la relación con los propietarios y las inmobiliarias.

“El Estado ha renunciado a tutelar los derechos de los inquilinos. Se abandonó a más de 8 millones de personas a la buena voluntad de la otra parte”, afirmó D’Orazio, advirtiendo sobre las consecuencias que esto ha tenido: un 60% de los inquilinos están endeudados, y uno de cada cuatro tuvo que resolver de manera anticipada su contrato de alquiler debido a los aumentos.

Morosidad y dificultades para seguir alquilando

Otro dato que preocupa es el aumento en la morosidad. Según estadísticas del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Santa Fe, en julio de 2023 el índice de morosidad fue del 6,33%, una cifra considerable si se compara con el histórico de menos del 1%. “Hoy 6 o 7 de cada 100 inquilinos no han podido pagar al menos una mensualidad. Muchos, además, debieron rescindir sus contratos y se fueron endeudados”, detalló D’Orazio.

Este endeudamiento, en muchos casos, complica el acceso a futuros alquileres, generando un círculo vicioso que afecta no solo a los inquilinos, sino también al mercado inmobiliario. A pesar de que hubo un incremento en la oferta de inmuebles, la demanda cayó drásticamente debido a la imposibilidad de muchos inquilinos de afrontar los pagos.

Índices de actualización y sus efectos en los alquileres

Una de las principales quejas del informe es la diferencia entre los índices de actualización de los contratos de alquiler. La gran mayoría están atados al Índice de Contratos de Locación (ICL), que refleja aumentos trimestrales y tiende a ser más desfavorable que el Índice de Precios al Consumidor (IPC). “El ICL se aplica con tres meses de atraso, lo que hace que los contratos hoy sean más caros que si estuvieran atados al IPC”, explicó D’Orazio.

En un ejemplo presentado por el Centro de Estudios Metropolitanos, un alquiler que bajo la Ley de Alquileres hubiera costado $2.027.000 para el 2024, hoy asciende a $2.850.000 con la actualización trimestral por el ICL. Esto representa una diferencia significativa que dificulta aún más el acceso a una vivienda.

La carga del alquiler en los salarios

El informe también destaca el impacto del alquiler en los ingresos de los inquilinos. En promedio, el alquiler representa el 45% del salario de quienes arriendan una vivienda. En el caso de un departamento de dos dormitorios, se estima que el 70% de uno de los ingresos de un grupo familiar va destinado a cubrir el alquiler y las expensas, sin contar los gastos de servicios como agua, luz o gas. “Hoy, se necesita prácticamente un salario completo solo para poder alquilar”, concluyó D’Orazio.