Este domingo 3 de agosto, desde las 12 del mediodía, Granja La Carolina abrirá sus puertas para compartir una jornada comunitaria en agradecimiento a la Pachamama. La actividad, libre y gratuita, incluirá ceremonia guiada, feria de productores, música en vivo y propuestas gastronómicas. Martín Montiel, integrante del espacio, conversó con Juan Carlos Singereisky en la columna de salud de Radio Enlace y reflexionó sobre la importancia de reconectar con la tierra como acto político, espiritual y profundamente saludable.
En un contexto donde las nociones de salud y bienestar suelen limitarse a la relación médico-paciente o a la ingesta de medicamentos, espacios como la columna de salud del doctor Juan Carlos Singereisky en Radio Enlace se proponen desarmar ese paradigma. En ese marco, la entrevista a Martín Montiel, integrante de la Granja La Carolina, fue mucho más que una invitación a un evento: fue una conversación honda sobre la salud entendida como buen vivir, como vínculo con los otros y con la tierra.
Este domingo 3 de agosto, desde el mediodía, Granja La Carolina será escenario de una nueva ceremonia de agradecimiento a la Pachamama. La actividad, como todas las que organiza la cooperativa, será libre y gratuita. Estará guiada por las Copleras del Paraná e incluirá una feria de productores, buffet con menú tradicional y saludable, espectáculos musicales y espacios de intercambio cultural.
“La ceremonia a la Pachamama no es sólo un ritual simbólico; es la manifestación de una filosofía ancestral que entiende la salud como un equilibrio integral entre las personas, su entorno y sus prácticas cotidianas”, explicó Matín Montiel. En esa línea, reivindicó el concepto andino del “buen vivir”, una forma de habitar el mundo desde el respeto a la naturaleza, la producción consciente de alimentos y el fortalecimiento del tejido social.
Durante la entrevista, se abordaron críticas al modelo extractivista impuesto por el capitalismo y se destacó la necesidad urgente de “renaturalizar” nuestros vínculos. “Hoy el entorno de muchas personas no es el paisaje ni la comunidad, sino las redes y los dispositivos electrónicos. Eso es parte del problema. Necesitamos volver a encontrarnos con lo natural, con lo simple, con lo colectivo”, expresó Montiel.

El evento de este domingo busca ser un espacio para ese reencuentro. Además de la ceremonia central, habrá una gran feria con más de 100 productos de la economía campesina e indígena: verduras agroecológicas, cosmética natural, juguetes artesanales, ropa con tintes naturales, moda circular y la participación destacada de la cestería de la comunidad Qom. También se podrá disfrutar de un buffet con guisos tradicionales, empanadas criollas, sándwiches de lechón, pizzas integrales, tartas de verduras, opciones veganas, sin TACC y vinos agroecológicos elaborados por cooperativas del noroeste argentino.
La propuesta musical tampoco será menor: se presentarán Damián Verdún (charango), los Sikuris dirigidos por Gabriel Jiménez y las ya mencionadas Copleras del Paraná, que además de brindar su arte, oficiarán la ceremonia de la Pachamama con la seriedad, el respeto y la belleza que caracteriza su trabajo.
Singereisky, quien participó en ediciones anteriores, expresó durante la charla su emoción por la experiencia vivida: “No se trata sólo de ver, sino de ser parte. Esa ceremonia transforma. A veces, sin darnos cuenta, algo cambia. Nos sentimos parte de algo más grande, más verdadero”.
Martín Montiel coincidió: “Es una práctica profundamente nuestra, aunque muchas veces olvidada. Por eso decimos que es necesario hacer memoria, recuperar lo ancestral, ponerlo en valor. Volver a mirar la tierra no como un recurso, sino como madre”.
La cita es este domingo 3 de agosto desde las 12 del mediodía, en el cruce de la Ruta O12 y la Ruta 18, donde se encuentra Granja La Carolina. Quienes asistan podrán compartir una jornada distinta, donde el encuentro, la reflexión y la alegría confluyen en una propuesta única.
Para muchos, será un regreso. Para otros, un primer acercamiento. Para todos, una invitación a repensar cómo vivimos, cómo producimos, cómo cuidamos, cómo agradecemos. Porque como dijeron en la entrevista, cuidar la tierra no es un gesto simbólico: es una necesidad vital, y también una forma profunda de cuidar(nos).
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