La publicación salió el 2 de septiembre de 1999 y con el tiempo se volvió un lugar donde batallar la concentración de medios de comunicación
El Eslabón, el periódico que desde 1999 se ha destacado por su compromiso con la comunicación alternativa y la resistencia frente a la concentración de medios, celebró recientemente su 25º aniversario. En una conversación con Gerónimo Principiano, uno de los fundadores de la publicación, se exploran los desafíos y logros que han marcado una nueva forma en el ejercicio periodístico.
“Cuando uno llega a estas fechas redondas, como los 25 años, empieza a recordar con emoción”, dice Principiano. “Éramos un grupo de jóvenes de la facultad, combinando la política con lo humano y lo cotidiano, y así nació El Eslabón.”
“Éramos cinco compañeros de la facultad: Matías Ayastuy, Julián Lafuente, Rodrigo Miró, Juane Basso y yo. Tres de ellos militaban, yo ya había dejado de militar. Dos de ellos eran hijos de desaparecidos. Veníamos de charlar en la facultad sobre algunos autores que nos llamaron la atención, como Rodolfo Walsh. Tras un congreso de comunicación organizado por la agrupación donde militaban ellos, decidimos crear algo propio.”
El nombre “El Eslabón” surgió de un texto de Mijaíl Bajtín, que hablaba sobre la necesidad de encadenar eslabones en una cadena comunicacional. El primer aporte al periódico provino de los padres de los fundadores. “Al principio, éramos un medio mensual y una edición pagaba la siguiente. No ganábamos dinero para nosotros y, cuando la situación se complicó, empezamos a organizar fiestas para financiarlo”, explica Gerónimo Principiano
El Eslabón se ha mantenido fiel a sus principios, defendiendo una visión de la noticia como un derecho humano en lugar de una mercancía. “Nosotros escribimos desde la subjetividad y asumimos nuestra posición, en un momento en que todos los medios se presentaban como objetivos”, afirma.“Nuestro valor radica en alterar lo establecido y en ofrecer una visión alternativa y comprometida con las realidades sociales.”
La propuesta de El Eslabón se distinguió por su enfoque crítico y su participación activa en las luchas sociales de la época. “En el año 2000, cuando el Grupo Uno absorbió al multimedio El Ciudadano y los trabajadores comenzaron a enfrentar problemas laborales, nosotros estábamos allí, en las marchas y en las protestas”, explica.
El Eslabón se ha mantenido fiel a sus principios, defendiendo una visión de la noticia como un derecho humano en lugar de una mercancía. “Nosotros escribimos desde la subjetividad y asumimos nuestra posición, en un momento en que todos los medios se presentaban como objetivos”, afirma Principiano.“Nuestro valor radica en alterar lo establecido y en ofrecer una visión alternativa y comprometida con las realidades sociales.”

A lo largo de estos 25 años, El Eslabón ha enfrentado desafíos, como la transición de la prensa en papel a formatos digitales y los altos costos de impresión. Sin embargo, Principiano destaca que el compromiso con el periodismo alternativo sigue siendo el motor de su trabajo. “Hoy, enfrentamos un contexto similar al del fin del menemismo, con un periodismo en peligro y la necesidad de una comunicación realmente alternativa”, reflexiona.
El legado de El Eslabón no solo se encuentra en su historia y en su papel en la resistencia, sino también en las lecciones aprendidas y en la comunidad que ha apoyado su trabajo. “Lo importante es que hemos mantenido nuestra propuesta de informar y resistir, y seguiremos haciendo mientras sea necesario. Creo que la salida está en lo colectivo y en continuar construyendo redes que fortalezcan la información y la resistencia” concluyó.