Quique Pesoa, reconocido conductor y periodista, nos comparte sus memorias de infancia entre la ciudad y el campo, su vínculo con la tierra y su recorrido en los medios de comunicación. Una charla íntima sobre cómo esos primeros años influyeron en su visión de la vida y en su trayectoria profesional.
“Yo nací en la ciudad de Rosario, pero mi vida fue muy campesina”, comienza Quique Pesoa, recordando sus raíces. A pesar de haber nacido en la ciudad, su vida se dividió entre Rosario y Sanford, donde su padre, un terrateniente de 400 hectáreas, mantenía una hijuela familiar. “Nosotros teníamos nuestra casa en Rosario, pero las vacaciones y los fines de semana eran en el campo, cerca de Sanford”, cuenta con nostalgia.
Pesoa recuerda las largas discusiones de su padre sobre la posesión de la tierra y el pensamiento del peronismo de la época: “Mi viejo repetía que la tierra era de quien la trabaja”. Y vivió de acuerdo con ese principio cuando, siguiendo los ideales de Perón, vendió las tierras a los colonos que las trabajaban, quedándose sólo con una pequeña porción. “Decía que uno debe intentar vivir como piensa, aunque nunca es posible del todo”, relata Pesoa.
Su infancia, marcada por el trabajo en el campo, también estuvo profundamente ligada a los valores de solidaridad y justicia. “Esas cosas me calaron hondo y me acompañaron durante toda mi vida”, afirma.
El comienzo en la radio
Pesoa empezó en la radio casi por accidente. “En 1970, con 20 años, empecé a trabajar en LT2, Radio Esplendid, sin muchas expectativas”, relata. Durante años, fue parte del paisaje radial rosarino, hasta que decidió irse a Buenos Aires en 1985, después de enfrentarse a las dificultades de un medio controlado por grandes grupos de poder. “Rosario siempre fue una ciudad medio mafiosa, donde los medios estaban manejados por unos pocos”, dice sin tapujos.
En los años que siguieron, trabajó en Buenos Aires, donde se consolidó como una voz inconfundible del periodismo y la radiofonía. “Hacía radio todo el día, pero con los años aprendí a cambiar cantidad por calidad”, reflexiona Pesoa sobre su evolución profesional.
La política y los medios
La conversación también lleva a Pesoa a reflexionar sobre su rol en momentos clave de la historia argentina, como el Mundial de 1978. “No se puede tener autoculpas, pero en ese momento acepté las reglas del juego, quizás por omisión o desconocimiento”, recuerda.
Con el tiempo, y gracias a la influencia de su pareja, Leda, Pesoa se fue comprometiendo más con causas sociales y políticas, especialmente a través de su vínculo con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. “Fui tomando conciencia de la importancia de estar del lado correcto de la historia”, afirma.
La vida en el interior
Después de años en Buenos Aires, Pesoa y su pareja decidieron mudarse a San Marcos Sierras, Córdoba, buscando tranquilidad y una vida más acorde con sus valores. “Nos vinimos antes de odiar la ciudad”, comenta. Desde su estudio en ese rincón serrano, sigue trabajando y reflexionando sobre los medios, la política y la vida.
La charla con Quique Pesoa no solo revela su historia, sino también una filosofía de vida basada en la coherencia y en la importancia de intentar siempre “vivir como se piensa”.