“Hay que construir pautas de seguridad y cuidado mutuo en la familia”

La psicóloga Georgina Russo analizó cómo se manifiestan el grooming y el acoso escolar en la actualidad, y advirtió sobre la necesidad de que las familias acompañen más activamente la vida digital de niñas, niños y adolescentes.

El avance de la tecnología, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería abrió nuevos espacios

El uso de la tecnología y las redes sociales plantea nuevos desafíos para la crianza, la educación y la convivencia familiar. La psicóloga Georgina Russo, especialista en salud mental y trabajo con infancias y adolescencias, reflexionó sobre la necesidad de que los adultos acompañen de forma activa a niños y adolescentes en el mundo digital y advirtió que “hay que construir pautas de seguridad y cuidado mutuo en la familia”.

La psicóloga explicó que no todas las escuelas abordan igual el uso de dispositivos digitales: “Hay algunas que decidieron prohibir el uso de celulares, hay otras que los permiten solo en el recreo y otras que consideran que no es necesario prohibirlos. Se están haciendo estudios que muestran diferencias entre las escuelas que permiten el uso del celular y las que no”.
En ese marco, mencionó el caso de la plataforma Roblox, “una de las plataformas de juego donde más situaciones de grooming ha habido, donde niños, niñas y preadolescentes están jugando y alguien se contacta para jugar, pero a partir de ese contacto terminan solicitando el número de WhatsApp u otro perfil social que permite establecer un vínculo que deriva luego en una situación de grooming porque hay una intencionalidad sexual”.

Consultada sobre el rol de las familias, destacó que el trabajo “es articulado con la escuela, pero sobre todo junto con las familias”. Y agregó: “Tenemos que aprender, somos los adultos responsables. Así como le decimos a un niño que no puede salir solo a la calle cuando tiene siete años o que no puede meter los dedos en el enchufe, con internet es lo mismo. Tenemos que acompañar de manera responsable, sabiendo qué es lo que hacen”.

La psicóloga también hizo hincapié en las señales de alerta que pueden indicar una situación de acoso o grooming: “Empiezan a aparecer conductas como querer ocultar los dispositivos, mostrarse hostiles cuando se les pide dejar el celular, no poder desconectarse durante la noche, aislarse o mostrar cambios en el estado de ánimo. Son transformaciones que nos hacen despertar una alarma”.

Sobre el debate en torno al uso excesivo de la tecnología, señaló: “Desde quienes se dedican más al tema se lo piensa desde el consumo problemático o la adicción. Otros lo cuestionan, pero sí está sobre la mesa pensar en esta cuestión del uso excesivo y qué hacer desde la escuela o la familia para sostener pausas y habilitar el diálogo”.

Georgina Russo enfatizó que el ejemplo adulto también cuenta: “A veces el adolescente dice: ‘Yo quiero hablar y mi papá está todo el día con el celular. Le quiero contar algo y me interrumpe porque le llegó un mensaje’. Entonces también nos cuesta a los adultos”.

Respecto del abordaje psicológico, explicó que puede iniciarse desde distintos espacios: “A veces la escuela detecta una situación y convoca a la familia; otras veces las familias lo traen a consulta o el tema aparece dentro de un tratamiento. Siempre la idea es habilitar el diálogo, generar un vínculo de escucha y, si hubo una situación concreta, pensar medidas de reparación”.

La psicóloga mencionó además el libro La generación ansiosa, que analiza los efectos del uso temprano de la tecnología: “El libro dice que preferimos pedir perdón antes que pedir permiso, y que de alguna manera entregamos dispositivos desde muy temprana edad. Hoy se están viendo las consecuencias. La herramienta del control parental sirve, pero tiene que ser charlada. Hay que explicarle al niño o la niña por qué se limita el tiempo o el acceso a ciertas plataformas”.

Consultada sobre la preparación del sistema educativo para abordar estas problemáticas, consideró que “hay avances, pero falta formación”. Y subrayó: “La mayoría de las escuelas no tienen equipos interdisciplinarios. Hace tiempo que las capacitaciones gratuitas están detenidas. En Santa Fe hay algunos cursos en la plataforma educativa, pero la realidad es que la mayoría de las docentes trabajan en múltiples escuelas y no tienen tiempo institucional para capacitarse”.

Finalmente, advirtió sobre el aumento de situaciones de violencia en las escuelas: “El conflicto nos atraviesa de manera cotidiana, pero hay que apostar siempre al diálogo. Cuando identificamos una situación pequeña, hay que tomarse la pausa y desarmar qué está pasando. Antes lo que ocurría en redes no se trataba en la escuela, pero eso cambió. Hoy necesitamos pensar las violencias digitales como parte de la realidad educativa y social”.