La psicóloga especializada en abuso sexual infantil, Laura Abrudsky, habló en Enlace de Noticias sobre los signos de alerta, el rol de las instituciones y la importancia de una intervención temprana. Advirtió sobre los retrocesos en políticas de protección y denunció los intentos de deslegitimar a las profesionales que trabajan en la detección de abusos.
La psicóloga Laura Abrudsky, especialista en abuso sexual infantil, dialogó en Enlace de Noticias sobre un tema que sigue siendo un gran tabú social, pero que atraviesa silenciosamente a miles de familias. “Los signos más claros de abuso son los físicos —lesiones en zona genital o anal, sangrados, infecciones de transmisión sexual o embarazos en niñas y adolescentes—, aunque no siempre se presentan. Lo más importante es estar atentos al relato de los chicos”, explicó.
La profesional remarcó que muchas veces los adultos tienden a minimizar o dudar de lo que expresan las infancias. “Ningún niño o niña puede imaginar lo que no conoce. No pueden construir un relato de situaciones vinculadas a la sexualidad adulta si no las han vivido o visto. Por eso, cuando un niño cuenta algo, hay que escucharlo y creerle”, subrayó.
También hizo hincapié en los cambios de conducta como señales de alerta. “Las conductas hipersexualizadas son indicadores importantes. Cuando un niño o niña reproduce juegos o actitudes que tienen que ver con la sexualidad adulta, es fundamental prestar atención. También si muestran insistencia en hablar de genitales o comportamientos inadecuados para su edad.”
La psicóloga consideró que el trabajo de las instituciones —escuelas, clubes y espacios comunitarios— es decisivo para prevenir y detectar los casos. “La Ley de Educación Sexual Integral es una herramienta fundamental, porque brinda a los chicos elementos para reconocer cuándo algo les produce malestar o vulnera sus derechos. Pero su aplicación depende de la decisión política de cada institución. La ESI no es optativa, es una ley de cumplimiento obligatorio”, destacó.
Según la psicóloga, la mayoría de los abusos no provienen de desconocidos sino de personas del entorno familiar. “Los abusadores suelen ser personas cercanas, incluso padres o padrastros. Muchas veces presentan el abuso como un juego o una muestra de afecto. Es un proceso lento que se sostiene en el secreto, las promesas o los regalos extorsivos. Por eso, más que decirles a los chicos que digan ‘no’, debemos enseñarles a pedir ayuda cuando algo les hace sentir mal.”
En relación al accionar institucional, la especialista recordó las obligaciones legales vigentes. “Todo adulto, y especialmente los funcionarios públicos, que se enteren de una posible situación de abuso sexual infantil tienen el deber de comunicarlo por vía administrativa y judicial. La ley 26.061 establece mecanismos claros para proteger a las infancias y hacer cesar la violencia.”
Laura Abrudsky también se refirió a la complejidad de los casos entre adolescentes. “Cuando se observan conductas abusivas entre pares, no hablamos de un delito, pero sí de un indicador preocupante. Muchas veces esos adolescentes han sido víctimas de abuso. Sin una intervención temprana y contención psicológica, estas conductas pueden agravarse en la adultez.”
En un contexto político marcado por el ajuste y los retrocesos en políticas de género, la psicóloga expresó su preocupación por los intentos de impulsar leyes que penalicen las llamadas “falsas denuncias”. “Esto busca silenciar a las víctimas. En Argentina ya existe una ley que castiga las denuncias falsas, pero lo que se denuncia en estos casos es una sospecha, y toda sospecha debe investigarse. No existen estadísticas que indiquen que hay una alta proporción de denuncias falsas por abuso sexual infantil.”
Finalmente, alertó sobre la avanzada que intenta desacreditar el trabajo de las profesionales de la psicología en el ámbito judicial. “Se pretende limitar la intervención a una sola rama, la psicología del testimonio, bajo el argumento de que es la única científica. Eso es falso. Todas las corrientes de la psicología tienen herramientas teóricas y técnicas válidas para evaluar los relatos y los síntomas. Pretender lo contrario es una forma de deslegitimar la palabra de las víctimas y de quienes las acompañamos.”
Laura Abrudsky forma parte de la Asociación de Altos Estudios en Violencia y Abuso Sexual (AEVAS), organización que llevará adelante el II Congreso Internacional sobre Abusos Sexuales contra las Infancias los días 17 y 18 de octubre en la Facultad de Medicina de la UBA. “Es fundamental seguir generando espacios de formación, debate y sensibilización. Solo hablando de estos temas podemos romper el silencio que protege a los abusadores”, concluyó.
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