El autor de La Orden. La lucha por una Nueva Rosario está en marcha habló sobre el origen de la novela, el proceso creativo y la respuesta del público. Un thriller político y futurista que nació en pandemia y se transformó en una saga con identidad local.
Desde enero, el portal Enlace de Noticias viene publicando semana a semana los capítulos de La Orden. La lucha por una Nueva Rosario está en marcha, una novela que mezcla acción, política y ciencia ficción en una Rosario del año 2048. Su autor cuenta que la historia nació en plena pandemia y que nunca imaginó el impacto que iba a tener entre los lectores.
“Empezó como un ejercicio de escritura durante el encierro. Me costaba dar clases por Zoom, tenía tiempo y necesitaba canalizarlo en algo creativo. Una noche me puse a escribir, y cuando miré por la ventana ya era de día”, recuerda.
El autor, docente y participante del taller literario de la Biblioteca Ecológica Popular de Rosario, asegura que el gusto por la escritura lo acompaña desde la infancia. “Mi viejo me contaba cuentos porque yo no lo dejaba dormir la siesta. De ahí me quedó la costumbre de inventar historias, después lo hice con mis hijas. Siempre hubo imaginación en casa”.
La Orden transcurre en una Rosario distópica, donde el poder económico y las corporaciones internacionales intentan controlar una ciudad rebelde que todavía conserva cierta autonomía. “Siempre me pregunté por qué las grandes historias pasan en Nueva York o en París. Esta pasa en Rosario. Hay mafias, conspiraciones, iglesias metidas en el poder, túneles subterráneos, y una rebelión popular que nace desde abajo. Es ficción, pero tiene mucho de real”, explica.
El proceso creativo fue tan espontáneo como intenso. “No sabía cómo iba a terminar. A partir del segundo capítulo se me vino toda la historia completa. Así salieron los 38 capítulos, que son cortos, pensados para que se lean fácil. Lo más lindo es que a partir de su publicación en el portal otros escritores se animaron a compartir sus textos”.
La trama combina política, acción y resistencia, con personajes que reflejan la identidad rosarina. “Muchos nombres son de mis compañeros de secundaria. Algunos se parecen a ellos y otros no. Me divertía imaginar cómo reaccionarían si se veían en la historia. Es una novela de personajes comunes, sin superhéroes: gente que sufre, lucha y se rebela”.
El escritor asegura que la historia tiene también una lectura política y simbólica. “Me encanta la idea de resistencia frente al poder. No es una rebelión violenta, sino un mensaje de libertad, de empatía con los más débiles. Creo que hoy necesitamos recuperar eso”.
La Orden está atravesada por referencias históricas, especialmente a la Guerra de Malvinas, y parte de una premisa alternativa: ¿qué hubiera pasado si los militares hubieran ganado la guerra? A partir de ahí, el autor imagina un futuro donde la Argentina se desvió hacia un sistema autoritario global, dominado por corporaciones.
“Es una ficción anclada en la realidad, porque las luchas de poder, la desigualdad y la resistencia siempre existieron. Rosario es el escenario ideal: una ciudad con historia, con túneles, con misterios, con memoria”, señala.
El autor reconoce que el proyecto ya creció más allá de su intención inicial. “Va a haber una trilogía. Esta primera parte tiene una precuela y una continuación. La idea es que se edite completa. La profesora del taller me ayudó con la corrección, y cuando la leyó, me dijo que la quería ver publicada”.
El escritor también explora otros formatos, como el cómic o la serie audiovisual. “Tiene estructura de cómic, muchos personajes y escenas de acción. Me encantaría adaptarla con un dibujante. Varios me dijeron que tiene ritmo de serie, y creo que eso tiene que ver con la manera en que está escrita, con capítulos cortos y un lenguaje visual”.
Con humor, reconoce que aún se considera un escritor amateur: “Soy un tipo que escribe lo que siente. En el taller muchas veces nos reímos, lloramos, nos emocionamos. Escribir es una forma de catarsis. Lo importante es que otros se animen también”.
Y sobre el mensaje final que espera dejar con su obra, concluye: “Quiero que el lector vea su propia ciudad reflejada en una historia distinta, que se imagine caminando por el Monumento a la Bandera o los túneles del centro. Que entienda que hasta en la ficción hay una esperanza de lucha. Por eso la novela se llama La lucha por una Nueva Rosario está en marcha”.