Volver a saborear la vida desde la infancia: una jornada para experimentar todos los sentidos en General Lagos

Este domingo se realiza “Travesuras en Punto”, una jornada con propuestas culturales y educativas para las infancias. Diana Lucas, de Indómita Libros, y la nutricionista Florencia Capurro nos cuentan cómo invitar a niños y adultos a redescubrir el vínculo con los alimentos desde el juego y el afecto.

Este domingo, el Polo Educativo de General Lagos será escenario de una jornada especial pensada para las infancias y sus familias: “Travesuras en Punto”. Desde las 10 de la mañana hasta las 18 horas, se sucederán propuestas lúdicas, talleres, charlas y espacios de encuentro con un eje en común: promover una mirada amorosa, creativa y reflexiva sobre los cuidados en la niñez.

Una de las actividades centrales será el taller sobre alimentación a cargo de la licenciada en nutrición Florencia Capurro, fundadora del proyecto Tangerina. La propuesta, lejos de ser una charla tradicional, convoca a la experiencia: tocar, oler, mirar, saborear y repensar nuestra forma de vincularnos con la comida.

Diana Lucas, referente de Indómita Libros y una de las organizadoras del evento, lo expresó con entusiasmo: “Estamos súper felices de que Flor venga a compartir esta propuesta que está pensada con tanto amor. La alimentación es un tema que nos atraviesa a todos, no solo a las infancias. Poder detenernos a pensar cómo comemos, qué enseñamos, cómo acompañamos, es también una forma de cuidar”.

Florencia, por su parte, compartió el enfoque que guiará su taller. “Mi proyecto se llama Tangerina, como esa fruta fácil de pelar, compartida, con aroma delicioso. La alimentación es mucho más que nutrientes: es memoria, es vínculo, es disfrute, es conexión con el territorio. En el taller no vamos a hablar desde la norma ni la obligación, sino desde el juego, la curiosidad y la experimentación sensorial. Es una invitación a repensarnos como familias”, explicó.

Durante la entrevista, la nutricionista destacó que los niños y niñas nacen sabiendo comer, y que muchas veces es el entorno el que interfiere con esa capacidad de autorregulación. “Queremos que aprendan a comer, pero en realidad hay que aprender a permitirles comer desde su sabiduría corporal. Muchas veces buscamos recetas externas, fórmulas mágicas, y nos olvidamos de observarnos y observarles: qué nos gusta, qué necesitamos, cómo lo sentimos en el cuerpo”.

Uno de los objetivos del taller será recuperar la pregunta por el origen de los alimentos: ¿de dónde viene lo que comemos? ¿cómo llega a la mesa? ¿qué pasa después? Y también, resignificar el acto de comer en sí mismo. “Comer no debería ser un trámite más en la rutina —sostuvo—. Es el momento en que le damos energía a nuestro cuerpo para habitar el mundo. ¿Estamos presentes cuando comemos? ¿Saboreamos? ¿O lo hacemos con pantallas, rápido, sin registrar nada?”.

Lejos de discursos restrictivos o culpabilizadores, la propuesta se inscribe en una corriente que cuestiona la cultura de la dieta, los mandatos estéticos y las recetas universales. “Cada cuerpo es distinto, y no todos necesitamos comer lo mismo ni de la misma manera. No se trata de reemplazar una medialuna por palta porque está de moda. Se trata de escucharnos”, explicó la profesional.

El taller también buscará resignificar la alimentación como una herramienta para el cuidado del entorno: “Cuando las infancias pueden comprender de dónde vienen los alimentos, cómo se cultivan, qué impacto tienen los residuos, también se despierta el interés por cuidar la naturaleza”, afirmó.

“Travesuras en Punto” es una iniciativa que promueve desde hace tiempo propuestas culturales y pedagógicas alternativas. Esta edición suma al abordaje de la alimentación una perspectiva integral, desde lo corporal, lo sensorial y lo comunitario. “Estamos muy felices de haber tejido esta red con profesionales como Flor —afirmó Diana Lucas—. Las infancias necesitan propuestas que las miren con respeto, y los adultos también necesitamos espacios donde reflexionar y nutrirnos para acompañar mejor”.

La jornada es libre y gratuita, y está dirigida a toda la familia. Además del taller de alimentación, habrá espectáculos, lecturas, juegos y una feria para disfrutar al aire libre. Una invitación a detenerse, compartir y volver a saborear la vida con todos los sentidos.

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