Autonomía municipal: el debate que puede cambiar la forma de gobernar las ciudades

La abogada Corina Scocco analizó los alcances, desafíos y riesgos de avanzar hacia una autonomía municipal en Santa Fe sin la claridad y profundidad necesarias. “Lo que no quede bien definido, puede ser un problema”, advirtió.

En medio del proceso de reforma constitucional que atraviesa la provincia de Santa Fe, la autonomía municipal emerge como uno de los temas centrales del debate. Aunque el concepto está reconocido por la Constitución Nacional desde 1994, la provincia aún no lo ha incorporado de manera plena, y esa omisión podría estar comenzando a saldarse. Sin embargo, la abogada Corina Scocco, entrevistada en el programa Enlace de Noticias, advirtió sobre la complejidad de este proceso: “Lo que no quede bien aclarado en esta reforma va a ser un problema, y especialmente para las ciudades más chicas”.

Scocco, referente de la Casa de la Cultura, explicó que la autonomía implica que los municipios puedan dictar su propia carta orgánica, administrar sus recursos, establecer sus propios tributos, definir su estructura de gobierno e incluso tener su propio régimen electoral. Pero también subrayó que no hay información clara sobre qué ciudades podrán acceder a este nuevo estatus. “No está definido si será optativo ni qué cantidad de habitantes se requerirá”, remarcó.

Uno de los mayores interrogantes gira en torno al financiamiento. “La autonomía la termina pagando la gente. Si no hay un esquema claro de coparticipación o de nuevos recursos, serán tasas e impuestos que recaigan sobre los vecinos”, afirmó. En ese sentido, citó la preocupación de la convencional Alejandra Rodenas, quien sostiene que Rosario y Santa Fe requerirían al menos un 20% de coparticipación provincial para poder asumir una autonomía real, frente al 3 a 8% actual.

Además, se debate qué competencias quedarían en manos municipales. “Seguridad, por ejemplo, seguiría siendo responsabilidad de la provincia. En salud hay zonas, como Rosario, donde ya hay mayor autonomía. Pero en ciudades como Pueblo Esther, eso sería un gran problema”, indicó Corina, y recordó que no todas las localidades están en condiciones de asumir mayores funciones sin recursos ni estructura.

Desde lo político, la abogada también señaló que muchos intendentes se pronunciaron a favor de la autonomía sin entender completamente sus implicancias. “Decir que sí a la autonomía puede sonar bien, pero después hay que asumir responsabilidades que hoy cubre la provincia, y no todos los municipios están preparados”, advirtió.

Scocco destacó también el valor simbólico y democrático que puede tener este debate si se encara con profundidad: “Una reforma constitucional no ocurre todos los días. Es una oportunidad histórica para pensar mecanismos de mayor participación ciudadana y regionalización real”. Sin embargo, cuestionó los tiempos del proceso: “Los convencionales tienen solo 40 días —más una prórroga de 20— para tratar reformas muy profundas. Eso puede llevar a que muchas definiciones queden vagas o se legislen sin consenso”.

Consultada sobre el impacto en los gremios, Scocco explicó que la autonomía también implicaría negociar convenios laborales a nivel municipal, lo que podría debilitar la fuerza de los gremios estatales. Y advirtió sobre el riesgo de generar desigualdades entre ciudades: “No es lo mismo Rosario que una localidad como Pueblo Esther. Si no se equilibra, se pueden acentuar las diferencias”.

En Santa Fe, la Constitución vigente data de 1962, siendo la más antigua del país. La necesidad de actualizarla es indiscutible. Pero para Scocco, hacerlo sin una amplia participación social y sin información clara para los ciudadanos puede ser un error costoso. “Lo que se escriba en esta reforma debe ser aplicable, concreto y justo. Si queda como una linda declaración, sin financiamiento ni herramientas reales, será letra muerta”.

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