La médica veterinaria Ornella Rubino compartió en su columna de salud animal los fundamentos y aplicaciones de la decodificación biológica y emocional, una práctica complementaria que busca encontrar el origen emocional de los síntomas físicos que manifiestan perros y gatos. Cómo se trabaja, qué se puede sanar y cuál es el rol del tutor en este proceso.
La salud animal no solo se mide en vacunas, alimentos balanceados y controles clínicos. Existe una dimensión emocional y energética que también puede influir en el bienestar de las mascotas, y que en los últimos años ha comenzado a abordarse con nuevas herramientas. En diálogo con Enlace Noticias, la médica veterinaria Ornella Rubino explicó en profundidad de qué se trata la decodificación biológica y emocional, una disciplina que utiliza elementos de la medicina emocional, la psicología del inconsciente y la bioenergética para complementar el abordaje tradicional.
“La decodificación busca encontrar el origen emocional o simbólico de un síntoma. No es una medicina alternativa, sino complementaria, que puede convivir perfectamente con la medicina veterinaria convencional”, explicó Rubino, quien se ha formado en distintas corrientes de esta práctica.
Una sesión que comienza por el tutor
Un aspecto central de esta terapia es que el trabajo no se realiza directamente con el animal, sino con su tutor humano. “En estos procesos partimos de una idea: el cuerpo no se equivoca. Lo que manifiesta, incluso la enfermedad, es la mejor solución biológica que encuentra para sobrevivir a un conflicto. Lo mismo ocurre con nuestros animales. Y como compartimos un sistema emocional y energético con ellos, muchas veces el síntoma que expresan está directamente vinculado a un conflicto nuestro, aunque no lo sepamos”, afirmó la profesional.
Las sesiones se centran en explorar el vínculo humano-animal, identificar el conflicto latente y trabajar desde la conciencia emocional. “Se trata de sentir esa emoción, reconocer el origen de ese malestar y permitir que se exprese para que deje de alojarse en el cuerpo del animal”, detalló.
Casos que sorprenden
Rubino compartió casos reales en los que esta mirada permitió desentramar síntomas que no encontraban solución desde la medicina tradicional. Por ejemplo, una mujer consultó porque su gato había tenido un ataque de agresividad inexplicable. En la sesión, emergió un patrón de la consultante: a lo largo de su vida había estado expuesta a figuras masculinas que expresaban sus emociones de forma violenta. “El animal reflejó eso que ella tenía internalizado. Cuando lo reconoció, pudo procesarlo y el gato no volvió a manifestar esa conducta”, contó.
En otro ejemplo, gatos con infecciones urinarias recurrentes —un síntoma común en la clínica veterinaria— manifestaban conflictos territoriales. “Desde la medicina convencional decimos que es multifactorial. Pero si miramos desde la decodificación, podemos encontrar que el animal vivió una invasión de su territorio, como la llegada de otro animal o una mudanza. Y muchas veces, eso mismo también lo está viviendo el humano en otro plano, como perder su espacio, su casa, su pareja”, explicó.
No es magia: es conciencia
La profesional aclaró que esta práctica no reemplaza a los tratamientos médicos. “La consulta veterinaria es irremplazable. Esto no se trata de dejar medicaciones o de evitar estudios. Al contrario, es sumar una herramienta más para comprender los síntomas desde otro lugar”, subrayó.
Además, insistió en que el bienestar de las mascotas está íntimamente ligado al estado emocional de sus tutores. “Si yo entro a casa enojada, frustrada o agotada, mi perro o mi gato lo percibe. Son seres sumamente sensibles. Por eso, sanar lo propio también es una forma de cuidarlos a ellos”, expresó.
Para Rubino, los animales no solo nos acompañan en la vida cotidiana, sino que muchas veces funcionan como espejos emocionales y maestros espirituales. “No es casual qué animal llega a nuestra vida, qué carácter tiene, qué dolencias tiene. Ellos también eligen, y en ese sistema familiar que conformamos, hay roles, dinámicas y aprendizajes”, sostuvo.
En esa línea, Rubino también se está formando en constelaciones familiares y comunicación animal, dos herramientas que complementan esta mirada holística. “He participado en constelaciones donde el síntoma de una mascota estaba directamente relacionado con un conflicto no resuelto del árbol genealógico del tutor. Es un universo fascinante, que abre muchas puertas al autoconocimiento”, explicó.
Cuándo consultar y cómo es el proceso
La consulta de decodificación se puede realizar ante cualquier síntoma o conducta que movilice al tutor. “No es necesario que el animal tenga una enfermedad grave. Puede ser una alergia, un cambio de conducta, un problema de adaptación o incluso un duelo”, dijo.
En general, una sola sesión puede aportar claridad. Aunque quienes deseen profundizar pueden iniciar un proceso más largo. “Hay quienes hacen una consulta y con eso les alcanza, y hay quienes quieren trabajar más, porque se dan cuenta que hay patrones que se repiten”, indicó.
Las sesiones pueden ser presenciales en Pueblo Esther o virtuales. Y no es necesario que el animal esté presente. “El trabajo es con el tutor. Aunque muchas veces, si es virtual, los gatos se suben a la pantalla o se acercan durante la sesión, como si entendieran todo”, relató entre risas.
Una salud compartida
Rubino insiste en una idea: “No podemos transmitir bienestar si no estamos bien. Por eso, ocuparnos de nuestra salud física y emocional es también cuidar a nuestros animales”. En este sentido, celebró que cada vez más personas se animen a explorar este tipo de miradas, y que haya más apertura en el ámbito de la salud animal.
“Yo llegué a esto por mí, por mi propio proceso. Y cuando vi lo que generaba en los animales, supe que tenía que compartirlo”, concluyó.
Contacto:
📞 WhatsApp: 341 352-1503
📱 Instagram: ornella_rubino
Las sesiones son individuales, presenciales o virtuales, y pueden realizarse por síntomas en el animal o en el propio tutor. Una medicina del cuerpo, pero también del alma.
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