En una nueva columna de política internacional, Adriana “La Tana” Rossi analizó el escenario global actual, con foco en la masiva movilización en Sídney por Palestina, las tensiones crecientes entre Rusia y Estados Unidos, la posible visita de Netanyahu a Argentina y el valor de la ciencia nacional con la expedición del CONICET en el Mar Argentino.
En su participación telefónica desde Buenos Aires, Adriana “La Tana” Rossi retomó su columna internacional con un análisis profundo del complejo panorama global. La especialista en geopolítica se refirió en primer lugar a la imponente movilización realizada recientemente en la ciudad de Sídney, Australia, en apoyo a Palestina y en repudio a lo que calificó sin eufemismos como un genocidio. La convocatoria, que según organizadores reunió a 300.000 personas —aunque la policía local estimó unas 90.000—, ocupó de punta a punta el emblemático puente de la ciudad. Entre los presentes, destacó la participación de Julian Assange, recientemente liberado tras su prolongada detención en Reino Unido y que ahora reside en Australia.

Adriana Rossi mencionó también una carta firmada por 550 exoficiales de seguridad israelíes, dirigida no a Netanyahu, sino al expresidente estadounidense Donald Trump, solicitando su intervención para detener el conflicto. “Es muy significativa esa apelación a Trump, deja al desnudo su influencia directa sobre las decisiones del gobierno israelí”, señaló.
Una de las causas de la creciente presión interna e internacional, explicó, fue la difusión de un video de Hamas que muestra a rehenes israelíes aún con vida en Gaza. “No solo con vida, sino visiblemente desmejorados físicamente. Y eso, que generó gran indignación, debería hacernos pensar también en los millones de palestinos que sufren la misma desnutrición y abandono”, remarcó.
En ese contexto, diversos países estarían impulsando en la próxima Asamblea General de la ONU el reconocimiento pleno del Estado Palestino. Francia, Reino Unido y otras naciones ya manifestaron su intención de acompañar esa moción, que sin embargo encuentra obstáculos en la oposición de Israel y el freno diplomático de naciones clave como Alemania.
En paralelo, Adriana Rossi se refirió al recrudecimiento del conflicto entre Rusia y Ucrania. Alertó sobre el aumento de tensiones a partir de declaraciones de Trump, quien exigió a Putin el fin de la guerra en un plazo de 50 días, luego reducido caprichosamente a 15. “Este tipo de ultimátums genera escaladas peligrosas”, advirtió. Del otro lado, el expresidente ruso Dmitri Medvédev respondió con amenazas veladas, mencionando incluso la posibilidad de una ofensiva nuclear, aludiendo al viejo sistema soviético conocido como ‘mano muerta’.
La respuesta de Estados Unidos no se hizo esperar: dos submarinos nucleares fueron enviados a aguas cercanas a Rusia, aunque no se precisó su ubicación. El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, llamó a moderar el lenguaje y evitar el uso de amenazas atómicas. “Si una guerra nuclear se desata, no hay ganadores. Todos perdemos”, citó Rossi con contundencia.

En el plano local, la columnista se refirió a la inminente visita del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a la Argentina en el mes de septiembre, lo que ya genera rechazo en diversos sectores sociales y políticos. A su vez, mencionó el posible interés de capitales israelíes en la privatización de la empresa estatal de aguas (APSA), aunque el gobierno lo niega. Sin embargo, la empresa Nikodos —señalada como potencial compradora— mantiene vínculos activos con la empresa argentina desde hace tiempo.

Finalmente, Adriana cerró con una nota esperanzadora: la expedición científica en el Mar Argentino, liderada por el CONICET en conjunto con una organización estadounidense, que transmite en vivo las exploraciones a más de 3.000 metros de profundidad. “Es una hazaña científica y una herramienta pedagógica que está acercando la ciencia a miles de personas, incluso a escuelas que lo usan como material didáctico en clases de biología”, destacó.
No obstante, subrayó el contraste con el contexto local: esta iniciativa ocurre mientras trabajadores del CONICET se encuentran de paro, reclamando salarios congelados desde diciembre de 2023 y denunciando el desfinanciamiento del sistema científico por parte del gobierno nacional.
“La ciencia no es un lujo ni una pérdida. Sin ciencia, sin pensamiento crítico, no hay innovación ni futuro posible. Un país que desprecia su conocimiento, renuncia a su soberanía”, concluyó Rossi.
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