La analista internacional Adriana “La Tana” Rossi analizó el contexto global tras las elecciones en Argentina y las declaraciones de Donald Trump sobre el apoyo estadounidense a Javier Milei. En su columna semanal en Radio Enlace, advirtió sobre un escenario global donde el poder se concentra en manos de corporaciones y se debilitan los Estados nacionales.
Durante su intervención, Rossi repasó los dichos del expresidente estadounidense Donald Trump, quien celebró la victoria de Milei y aseguró que “contó con nuestra ayuda y apoyo”, afirmando que Estados Unidos está “logrando un gran control en Sudamérica”.
“Trump lo dijo con total naturalidad, sin ocultar que hubo respaldo directo al actual gobierno argentino. Y esto no lo publicó ningún medio militante, sino la BBC de Londres”, subrayó Rossi.
Para la especialista, esas declaraciones confirman un proceso más amplio de reconfiguración del poder internacional, donde “las corporaciones globales están reemplazando a los Estados como actores principales”.
El retroceso del Estado y el auge del individualismo
Rossi explicó que este fenómeno no es nuevo, sino que forma parte de una tendencia que comenzó décadas atrás:
“Estamos entrando en una etapa donde el Estado retrocede y las corporaciones asumen funciones que antes eran públicas: educación, salud, investigación científica. Las ONGs financiadas por grandes empresas reemplazan la acción estatal. Y eso genera un mundo sin solidaridad”, dijo.
En su análisis, la politóloga remarcó que este cambio cultural está transformando profundamente los valores sociales:
“Ya no se habla de comunidad ni de lo colectivo. La lógica que se impone es ‘sálvese quien pueda’. Si no podés resolver tu problema por tus medios, no valés. Es la ruptura total con la idea de empatía y organización colectiva”.
El rol de la juventud y la ilusión del emprendedurismo
Rossi también reflexionó sobre el impacto del discurso liberal en las nuevas generaciones, especialmente en torno a la figura del “emprendedor”:
“Muchos jóvenes creen que son sus propios jefes, pero en realidad están siendo autoexplotados. Es la máxima expresión del modelo individualista: trabajar más, sin derechos y sin reclamar. Se pierde la noción de lucha colectiva”, advirtió.
Además, comparó el momento actual con los años del menemismo, cuando —según recordó— se produjo un cambio cultural que naturalizó la corrupción y el sálvese quien pueda:
“En esa época, el más vivo era el más exitoso. Hoy pasa algo similar, pero amplificado por las redes sociales. Lo que se premia no es el esfuerzo, sino la viveza y la apariencia”.
Un capitalismo global sin rostro
Rossi alertó sobre el avance de un modelo donde las decisiones económicas y políticas se toman fuera de los límites nacionales:
“El mercado no es un actor abstracto. Tiene nombre y apellido: las corporaciones financieras. Hoy el poder económico global está por encima de cualquier soberanía. Los gobiernos se subordinan a bancos como el JP Morgan, que son los que definen políticas en toda la región”, afirmó.
Finalmente, advirtió que el nuevo orden mundial combina un Estado mínimo en lo social con un aparato de control cada vez más fuerte:
“No habrá Estado de bienestar, pero sí un Estado policial y de vigilancia al servicio de las corporaciones. Ese es el verdadero peligro que se viene”.