Por Settimo
Tras del supuesto atentado, Maniscalco y su compañero despiertan cautivos. Descubren que fueron rescatados por “Las Adrianas” y Edgardo Arloro, líder de la Resistencia Mundial. Una nueva resistencia comienza a conformarse. La represión y la toma del poder de la ciudad, por parte de La OCS, no se hará esperar
13 — L1 — El Tribunal Supremo
Después del incidente del bar y las anteriores manifestaciones que dejaron en su conjunto un saldo de 25 muertos y decenas de heridos, Nueva Rosario perdió temporalmente el privilegio de Territorio no Autónomo . La lucha de años por conseguirlo fueron en vano; y detrás de ella, seguramente caerían una a una las otras ciudades en similar situación de las distintas Órdenes mundiales.
La maquinación fue muy bien armada por el embajador Vaisman junto con la ayuda de los distintos sectores afines. Esto empoderó mucho más al nefasto sistema político y por tal motivo La OCS intervino la región y convocó un congreso, creando un tribunal supremo. Este sancionó un conjunto de leyes orgánicas y procesales en materia judicial que, en un servil “copy and paste” a La Germania Magna, entraron en vigor de forma expréss y puso en ejecución un extenso y completo cuerpo jurisprudencial basado en resoluciones sobre presencia jurídica y obligaciones impregnadas de las nociones clasistas incluso peores que en la mismísima Germania.
Todo lo poco ganado en materia de derechos internacionales, allá por el diciembre de 2040 en Nueva Rosario, junto al preámbulo y sus treinta artículos dictados, fue borrado de un plumazo.
Los pactos sociales que se habían logrado y los protocolos que comprendían la denominada Carta Ciudadana fueron “quemados” en una especie de hoguera judicial junto a cientos de libros que hablaban de una justicia libre y soberana de todos los pueblos.
La administración de justicia formal quedaría bajo la dependencia de los dictados de un liderazgo de ideología clasista-religioso, y dentro de este marco los fiscales, jueces y funcionarios, obligados o por motu propio, se amoldaron a tal interferencia política, siendo conscientes que un Poder Judicial complaciente y cómplice del silencio constituiría el peor cáncer para una sociedad.
El Doctor Paul Morrà, ex juez de Kinshasa en el Antiguo Congo situada en la zona ecuatorial de Britania (ex continente Africano), fue invitado y viajó. Con su libreto armado presidió el tribunal. Acólito a La Orden, acompañaría a los Posmodernistas de La OCS anunciando en nuevas leyes que revocarían la ciudadanía de los Discordantes de Nueva Rosario .
Morrà, nacido en Francia, de modos finos, ecléctico por naturaleza, ex miembro del Opus Dei, fue actor, docente, fotógrafo y pintor, fue muy afamado por efectuar la detención del Líder de la resistencia mundial del mismísimo y archienemigo Edgardo Arloro, pero aún más por la espectacularidad hollywoodense del escape posterior de este. Las noticias de la fuga de su prisionero fueron tan adversas y burlonas al juez que hizo que perdiera todo tipo de compasión y precaución moral, aumentando así su odio a los opositores al régimen que el avalaba.
Con su llegada a Nueva Rosario, el magistrado aprovecharía para imponer, entre otras medidas, sus preceptos en materia de el uso del shock social mediante su gran caballito de batalla, la represión, secuestro y tortura.
La operación que se fijó llevaba por nombre “Conmoción y pavor”. El objetivo era “controlar la voluntad del adversario, sus percepciones y su comprensión, y literalmente lograr que quede impotente para cualquier acción o reacción”; todo en el marco de una situación en donde la sociedad no mostraba gran capacidad de rebeldía a las circunstancias particulares a las que se tenía que enfrentar.
También estableció categorías según consideraciones clasistas, no religiosas o culturales. Quedó prohibido a los discordantes no demostrar sus ideales y deberían exhibir tatuada la letra “D” de su categoría impuesta en su nuca, una vieja usanza que había caducado muchos años atrás. Impulsó una acción de terror con la finalidad de inducir shock a la sociedad con el objetivo de sumarse a las medidas acordes al sistema mundial. La diana de estas torturas fueron los Discordantes o cualquier opositor a las políticas del régimen. Todo hombre o mujer que infrinja las prohibiciones establecidas sería castigado con pena de prisión. Nueva Rosario quedó segmentada y coptada por nuevo ordenamiento político en solo días.
Mientras, el multimedio afín del “Diario La Voz” de la Fundación Refundar destacaba:
…“la situación política parece estable pero la tensión social podría comprometer el esfuerzo de reforma”…
El año estaba terminando de la peor manera, nosotros perseguidos y humillados tratando de subsistir ahora en los viejos túneles abandonados de la ciudad, un enmarañado laberinto difícil de mapear, allí se encontraba una ciudad subterránea que había escapado de la miseria, hombres que prefirieron la oscuridad antes que la sumisión y la mansedumbre.