Cannabis medicinal: una herramienta terapéutica que interpela a la medicina tradicional

En diálogo con el Dr. César Dip, el Dr. Juan Carlos Singereisky abrió su columna de salud para reflexionar sobre el uso del cannabis en contextos clínicos, su impacto en la comunidad científica, la legislación vigente y las distintas formas de administración que hoy se aplican con criterio médico.

El estudio y la aplicación terapéutica del cannabis medicinal ha dejado de ser un tema marginal para convertirse en uno de los debates más relevantes y complejos dentro del campo de la medicina contemporánea. En la radio de Pueblo Esther, el Dr. Juan Carlos Singereisky invitó al Dr. César Dip —médico con formación específica en el uso de cannabinoides— para comenzar a desandar juntos este terreno en transformación. La propuesta es clara: brindar información seria, científica y accesible para la comunidad.

Lejos de los extremos que oscilan entre la criminalización y la exageración de sus beneficios, César Dip se posiciona con firmeza en un enfoque basado en la evidencia: “Estamos ante una herramienta terapéutica que ha revolucionado y va a seguir revolucionando la salud en general. Pero es necesario jerarquizarla, entenderla y aplicarla con responsabilidad”. Según explica, la entrada del cannabis en la medicina no fue impulsada por los laboratorios, ni por las universidades, sino por el reclamo social, principalmente de madres organizadas que luchaban por aliviar el sufrimiento de sus hijos con epilepsias refractarias.

La sanción de la ley 27.350 en 2017 marcó un hito legal y político, habilitando el uso medicinal e impulsando la investigación nacional. A partir de ese momento, muchos profesionales comenzaron a formarse y a incorporar esta herramienta a su práctica clínica. El Dr. César Dip recuerda que al principio todo era intuición y acompañamiento desde el sentido común, pero hoy existe una mayor formación profesional y diversidad de formas de administración: desde aceites y cremas hasta vaporización, gomitas, cápsulas y supositorios, cada una con indicaciones precisas y adaptables a cada paciente.

En la experiencia del profesional, el cannabis comenzó a mostrar resultados especialmente valiosos en cuadros de dolor crónico, oncológico y neuropático, así como en pacientes que sufren los efectos adversos de tratamientos con opioides. “Mi primer caso fue una paciente con dolor oncológico y abstinencia a metadona. El cannabis permitió reducir el uso del opioide y mejorar su calidad de vida. Eso fue clave para decidirme a estudiar más”.

El uso medicinal del cannabis no está exento de desafíos. Desde los costos de acceso a productos vaporizables hasta las limitaciones legales vinculadas al THC, muchos aspectos requieren aún mayor regulación, investigación y educación pública. Pero hay avances: actualmente, las farmacias pueden elaborar preparados magistrales con hasta 1% de THC, lo que amplía las posibilidades de personalizar los tratamientos sin salir del marco legal.

El Dr. Juan Carlos Singereisky valoró especialmente la claridad del invitado y anticipó que esta será la primera de varias conversaciones para seguir profundizando en salud integral desde una perspectiva abierta, científica y centrada en el bienestar de las personas. “Queremos formar, no deformar”, sintetizó.

A medida que la medicina avanza hacia modelos más integradores y humanizados, el cannabis medicinal se presenta no como una solución mágica, sino como una opción terapéutica legítima, segura y cada vez más respaldada por la ciencia. Y como toda herramienta poderosa, requiere información, formación y debate. Este ciclo recién empieza. ¿Qué otras preguntas tenés sobre el cannabis medicinal? Las puertas están abiertas.

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