Cefaleas: cuándo preocuparnos y cuándo esperar

El dolor de cabeza es una de las consultas más comunes en neurología. La doctora Adriana Pinsone nos explica cómo diferenciar los distintos tipos de cefalea, cuándo acudir a un profesional y qué tratamientos pueden ayudar a aliviar el malestar, en la columna semanal del Dr. Juan Carlos Singereisky

“Dolor de cabeza es un término muy amplio. En neurología lo llamamos cefalea, que incluye distintos tipos, siendo los más comunes la migraña y la cefalea tensional”, explica la especialista. La migraña, que afecta mayormente a mujeres, suele ser un dolor pulsátil localizado en una mitad de la cabeza y acompañado de náuseas, fotofobia (molestia a la luz) y fonofobia (molestia al ruido). En algunos casos, aparece un aura visual previa, con destellos o figuras geométricas.

“Todo primer episodio de dolor de cabeza con estas características merece consulta”, enfatiza Pinsone. Si la migraña aparece en la adultez sin antecedentes familiares, se recomienda un estudio médico más exhaustivo.

Migraña: ¿Cómo tratarla?

El tratamiento de la migraña se divide en dos estrategias: la crisis y la prevención. “Para aliviar el dolor, recomendamos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y triptanes, evitando la ergotamina, ya que puede generar dependencia y, en algunos casos, riesgo de infarto cerebral”, advierte la doctora. “Lo ideal es tomar la medicación apenas inicia el dolor y descansar en un lugar oscuro y silencioso”.

Para quienes sufren crisis frecuentes, un tratamiento preventivo puede reducir la intensidad y la frecuencia de los episodios.

Cefalea tensional y su vínculo con el estrés

La cefalea tensional, en cambio, se siente como una presión en toda la cabeza, similar a un casco ajustado. “Es un dolor menos incapacitante, sin náuseas ni molestias a la luz o el ruido, y se relaciona mucho con el estrés y la tensión muscular”, detalla Pinsone. “En tiempos de crisis, como los actuales, es el tipo de cefalea que más vemos en el consultorio”.

El tratamiento incluye analgésicos comunes, relajantes musculares y fisioterapia para aliviar la tensión cervical. Si la cefalea se vuelve crónica, pueden requerirse otras opciones terapéuticas.

Factores ambientales y dolor de cabeza

El calor extremo, la deshidratación y ciertos alimentos pueden desencadenar cefaleas. “El alcohol, los fritos, los quesos duros y los alimentos cocidos al carbón pueden agravar la migraña”, señala Pinsone. También recomienda evitar la exposición solar prolongada, especialmente para quienes ya padecen migraña.

En definitiva, diferenciar el tipo de cefalea es clave para su tratamiento. Mientras que una cefalea tensional puede aliviarse con medidas simples, la migraña recurrente requiere un enfoque médico especializado. “El interrogatorio detallado es fundamental para llegar a un diagnóstico preciso”, concluye la doctora. Como siempre, ante cualquier duda, lo mejor es consultar a un profesional.

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