Denuncian la construcción de galpones en barrio Plateado: vecinos exigen frenar su avance

Mariano y Cintia, vecinos de Pueblo Esther, expresaron su malestar por la construcción de galpones industriales en una zona que, aseguran, fue concebida como residencial. Responsabilizan a la Municipalidad por modificar las condiciones del lugar y permitir desarrollos sin una planificación adecuada.

El barrio Plateado, ubicado en Pueblo Esther, atraviesa una transformación que preocupa profundamente a sus habitantes. Lo que alguna vez fue un área residencial tranquila se enfrenta ahora a la construcción de galpones industriales, situación que, según los vecinos, está poniendo en riesgo la esencia del lugar. En diálogo con Enlace de Noticias, Mariano y Cintia, vecinos del barrio desde hace casi una década, detallaron las múltiples problemáticas que han surgido y señalaron directamente a la Municipalidad como responsable.

Un cambio inesperado y perjudicial

“Cuando compramos nuestros terrenos, nos aseguraron que era un barrio residencial”, explicó Mariano, quien vive en el lugar desde 2014. “No había ninguna mención sobre la posibilidad de construir galpones industriales. Ahora nos enteramos de que una ordenanza aprobada en 2016 permite estas construcciones sin siquiera consultarnos”.

Según explicaron, esta modificación habilitó la construcción de galpones de hasta 7 metros de altura en áreas que ya están ocupadas por viviendas familiares. “Es una zona donde viven niños, adultos mayores y familias trabajadoras. La llegada de estos galpones trae ruido, contaminación y tránsito pesado, lo que afecta directamente nuestra calidad de vida”, señaló Cintia.

Impactos directos en la comunidad

Los vecinos enumeraron una serie de problemas derivados de estas construcciones:

  • Basura y desechos: Durante las obras, bolsas de cemento, escombros y restos de materiales de construcción han invadido calles y espacios públicos.
  • Ruidos molestos: “Aunque dicen que serán depósitos, ya sabemos que habrá camiones entrando y saliendo a cualquier hora del día y la noche. La tranquilidad del barrio está desapareciendo”, agregó Cintia.
  • Falta de regulación: Uno de los galpones ya en funcionamiento genera ruidos industriales y olores químicos, lo que refuerza la sospecha de que no solo se usarán como depósitos. “Es una actividad industrial, y nadie controla qué pasa dentro de esos galpones”, denunció Mariano.

La falta de servicios básicos: un problema estructural

A esta problemática se suma la carencia de servicios básicos en el barrio Plateado. “No tenemos agua potable, cloacas, gas ni calles pavimentadas”, explicaron. “Es insólito que lotes en esta zona sin servicios cuesten más que en áreas con todas las mejoras. Esto evidencia que están pensando en atraer industrias, no en el bienestar de las familias que vivimos aquí”.

Los vecinos cuestionaron la falta de planificación urbana de la Municipalidad, que, según explican, permite a loteadores vender terrenos sin garantizar infraestructura básica. “Estamos pagando impuestos como todos, pero no tenemos nada”, afirmó Mariano.

Un pedido claro: basta de galpones

Los vecinos organizados exigirán que se revoque la ordenanza que habilita la construcción de galpones en áreas residenciales. “No queremos ser la zona industrial de Pueblo Esther”, sostuvo Mariano. “Nos prometieron un barrio tranquilo y eso es lo que vamos a defender” enfatizó Cintia.

Los vecinos también criticaron la falta de respuesta de las autoridades locales. “Cuando fuimos a Obras Públicas, nos dijeron que si los galpones cumplían los requisitos, se habilitarán. Nos dejaron en banda”, explicó Cintia. Ahora, están buscando apoyo en el Concejo Municipal, donde esperan una reunión para presentar sus reclamos.

Un barrio en lucha

El barrio Plateado se encuentra en un punto crítico. Los vecinos aseguran que no se detendrán hasta que se modifiquen las normativas que están permitiendo la industrialización de la zona. “Si dejamos que construyan un galpón más, vamos a perder el barrio”, concluyó Cintia.

La comunidad, organizada y determinada, busca defender el derecho a vivir en un entorno acorde a las condiciones con las que se comprometieron al elegir este lugar. La pregunta que queda en el aire es si las autoridades municipales estarán dispuestas a escuchar y priorizar a los vecinos frente a los intereses económicos detrás de este cambio.

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