Ariel Reinoso y Roxy Zamarreno, referentes del Patio de Pacha Kuyuy en Pueblo Esther, celebran este sábado una de las etapas más significativas de su historia: su casamiento. La pareja, que transformó su proyecto musical y cultural en un espacio comunitario de referencia, compartió cómo la música, el amor y la vida en comunidad se entrelazaron para dar forma a un camino que hoy los lleva a unir sus vidas en una ceremonia abierta a toda la ciudad.
“Nos conocimos en una peña”, recuerdan, y a partir de allí el vínculo personal y artístico se fue consolidando. Roxy, oriunda de Rosario y con raíces en Pueblo Esther, trabajó quince años en una fábrica donde también fue delegada gremial. Ariel, nacido en San Lorenzo, llevaba dos décadas tocando en la peatonal de Rosario. “Cuando me invitó a cantar juntos empezamos a armar algo que primero fue un recurso para sobrevivir después de la pandemia, pero que con el tiempo se convirtió en nuestro trabajo profesional”, contó Roxy.
De esas presentaciones en la calle nació la semilla de lo que hoy es el Patio de Pacha Kuyuy. “El patio nace de la necesidad de sobrevivir. Festejábamos un año del grupo, veníamos de Santiago, no teníamos un mango. Armamos algo sencillo en el patio y vino muchísima gente, músicos, vecinos, y desde ahí no paramos más”, relató Ariel. Con el tiempo, ese espacio se transformó en un punto de encuentro cultural, donde se entremezclan peñas, música, poesía y comunidad.
La historia de amor también tiene momentos de señales inesperadas. Ariel recordó que mucho antes de conocer a Roxy, su padre había comprado un disco suyo mientras él tocaba en Rosario. “Un día, arreglando la casa, abrimos un cajón y encontramos la tapa del disquito que me había comprado. Fue como una señal del destino”, relató.
El casamiento tendrá dos momentos. El viernes, Ariel y Roxy firmarán por civil en el Centro Cultural. El sábado, a las 17, realizarán una ceremonia en la bajada Colacho, organizada por amigos y vecinos. “Va a ser un ritual, una ceremonia del pueblo”, señalaron. Luego habrá una peña a la canasta en el Patio de Pacha Kuyuy, donde invitan a toda la comunidad a celebrar.
El reconocimiento al apoyo de Pueblo Esther atraviesa todo su relato. “Desde pedir una mesa o una silla hasta el acompañamiento de los vecinos y comerciantes, siempre nos han dado una mano. Eso es re importante y no sé si pasa en todos lados. Por eso valoramos tanto esta ciudad”, destacó Roxy. Ariel agregó: “El patio no sería lo mismo sin la gente que nos acompaña siempre. Nico, La Flor, Nacho, Gastón, Diego, Juan… cada uno le pone energía para que esto funcione”.
La pareja, además, continúa con su producción musical. Están en proceso de grabación de nuevos temas, entre ellos una zamba dedicada a Alicia Pereira, guitarrista de Sixto Palavecino, con la que buscan rescatar el legado de las mujeres invisibilizadas en el folclore. “Es importante reconocer a esas mujeres que no pudieron grabar ni tener lugar en los escenarios por los prejuicios de la época”, expresó Roxy.
Más allá de los proyectos artísticos, la esencia de Ariel y Roxy está en lo colectivo. “No se construyen historias en lo individual. Encontrarnos, festejar, cantar, bailar, reírnos a carcajadas, son las cosas que alimentan el espíritu. Ni la plata ni el consumo sostienen, lo que sostiene son esos encuentros”, reflexionó Roxy.
El Patio de Pacha Kuyuy, que comenzó como un espacio improvisado, hoy es parte de la escena folclórica nacional y un símbolo local de amor, cultura y comunidad. Este fin de semana, ese espíritu se pondrá de manifiesto en la celebración de un casamiento que no será solo de dos, sino de todo un pueblo.
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