Lala: historias, memoria y ternura en una vida que es puro Pueblo Esther

En el programa Tan Llenos de Magia, el equipo recibió a una invitada que es, para muchos, parte entrañable de la identidad local. Lala —como todos la conocen— llegó al estudio con su sonrisa de siempre, esa que parece resumir décadas de anécdotas, solidaridad y amor por el pueblo que habita desde 1969. La charla se transformó en un viaje cargado de recuerdos, mitos urbanos, humor, política, perros, trabajo comunitario y ese espíritu cálido que la caracteriza.

Una vida ligada al crecimiento del pueblo

Lala llegó a Pueblo Esther hace más de medio siglo, cuando la localidad tenía apenas unos 1500 habitantes y todos se conocían. En esos años, el paisaje era muy distinto: quintas, loteos incipientes y una comunidad pequeña que se construía a paso lento. Recordó la llegada junto a su familia, la compra de sus primeros terrenos —a 100 pesos cada uno— y la fascinación que sintió al recorrer un lugar que aún estaba comenzando a tomar forma urbana.

Con su memoria privilegiada, describe calles, casas, familias y costumbres de esos primeros tiempos. Cuando la entrevistadora le pide una historia de los mitos locales, no duda en rescatar uno que escuchó una y otra vez: la aparición de una figura en un viejo pozo, en una zona donde años atrás un rayo había matado a cuatro personas. “Eran hombres grandes, no chicos”, subraya, reforzando el misterio.

El trabajo, la política y un compromiso que no caduca

Lala se jubiló como empleada doméstica y niñera, pero su vida cambió cuando en 2007 ingresó en la política local junto al grupo encabezado por Flavio Puccini. Fue secretaria y luego vicepresidenta comunal durante seis períodos. Sin embargo, insiste en que para ella los cargos nunca fueron lo central: “A mí lo que me importaba era estar con la gente”.

Su vínculo más fuerte con la comunidad siempre estuvo atravesado por la empatía, la escucha y la ayuda. Durante años rescató y cuidó perros —llegó a tener 16 en su casa— y hasta hoy sigue cumpliendo funciones sociales que la conectan con vecinos de todas las edades. “Yo no tengo días malos”, dice. “Ni enemigos”.

Actualmente trabaja en el área social alimentaria de la Municipalidad: recibe pedidos de asistencia, organiza entregas de comida y acompaña a personas que atraviesan situaciones difíciles. Además, es parte clave del día a día del Sanco local: lava sábanas, repasa ropa, se ocupa de los detalles invisibles y, sobre todo, reparte mates y palabras cariñosas que ya son parte del clima cotidiano del lugar.

“Es mi segunda casa”, asegura. Quienes la cruzan allí la ven siempre igual: atenta, disponible, afectuosa.

Recuerdos de un pueblo que cambió, pero que sigue siendo suyo

Entre risas, Lala cuenta historias sobre el viejo cementerio, los túneles cerca de la barranca, las casas de época y las aventuras juveniles que alimentaban la imaginación de generaciones enteras. También recuerda con emoción los vínculos que forjó con médicos, vecinos, sacerdotes, funcionarios y familias enteras. “A mí me emocionan las cosas pequeñas”, confiesa.

Una de sus anécdotas favoritas ocurrió en medio de una inundación, cuando trabajó codo a codo con el sindicato de la carne y un vecino, sorprendido por su entrega, le dijo: “Lástima que no seas de los nuestros”. Lala le respondió con una frase que se volvió parte de su esencia:
“Yo la bandera no la llevo en la espalda, la llevo en el corazón.”

Esa es, quizá, la mejor descripción de su filosofía y su forma de estar en el mundo.

Pueblo, paisaje y una vida a medida del afecto

Aunque su lugar preferido es, sin dudar, el Sanco, Lala también elige un rincón especial del pueblo: la zona de calle Gobernador Vera, donde las casas antiguas y la tranquilidad le recuerdan escenarios serranos. Le gusta caminar temprano, cuando el canto de los pájaros empieza a despertar el día. Su vida —dice— está hecha de esos pequeños rituales que le traen paz.

En el cierre de la entrevista, el equipo la definió con dos palabras que la representan: “Lala, mate y alegría”. Ella sonrió, agradecida: “Yo soy simplemente Lala”, respondió. Y tal vez en esa simpleza radique todo lo que genera.


📣 Adelanto para la audiencia

Al final del programa, se anunció que este jueves publicaremos el penúltimo capítulo del radioteatro Misterios de Eshter, una producción que viene atrapando a muchos oyentes con historias, leyendas y secretos del pueblo.