Carina Bosnach, empleada administrativa y una de las denunciantes, acusó al director de maltrato, acoso y amenazas de muerte. En su primera entrevista con la prensa, reveló detalles sobre las irregularidades administrativas y los intentos del director de vincularla, junto a Vanesa Torres, a un expediente por presunta “malversación de fondos”, calificado por ella como una maniobra para desprestigiarlas.
El clima laboral en el SAMCO de Pueblo Esther se encuentra atravesado por un complejo conflicto que involucra acusaciones de acoso, violencia laboral y, más recientemente, denuncias de irregularidades administrativas. Carina Bosnach, una de las trabajadoras del centro de salud y víctima directa de las acciones del director Marcelo Minicucci, rompió el silencio para exponer su versión de los hechos y señalar lo que considera una estrategia para desviar la atención de las denuncias de violencia
El director Marcelo Minicucci, brindó una entrevista a un medio local donde insinuó irregularidades administrativas en un expediente interno que la involucra junto a su compañera, Vanesa Torres. Según Carina, dichas acusaciones buscan desviar la atención de las denuncias previas que ambas presentaron en su contra por maltrato laboral, acoso y violencia.
En septiembre de 2024, Carina Bosnach y su colega Vanesa Torres decidieron denunciar al director del SAMCO, Marcelo Minicucci, por situaciones de maltrato, acoso y violencia laboral. Estas denuncias, radicadas en el ámbito judicial, fueron acompañadas de un pedido de intervención al Ministerio de Salud. “El primer protocolo que se activó fue insuficiente,” explicó Bosnach, detallando que el articulador designado por el Ministerio apenas tuvo contacto con el personal afectado.
Sin embargo, lejos de disiparse el conflicto, las trabajadoras comenzaron a ser señaladas como responsables de irregularidades administrativas, en lo que ellas interpretan como un intento de desviar el foco de las acusaciones originales contra el director. “El expediente administrativo se abrió en octubre, un mes después de que realizamos nuestras denuncias,” señaló Bosnach, quien agregó que nunca fueron convocadas a declarar ni tuvieron acceso al contenido del sumario.
“Quiero aclarar que las acusaciones que buscan vincularnos con la administración de fondos son completamente falsas. Nosotras no manejamos las decisiones financieras, eso es responsabilidad de la Comisión Ejecutiva del SAMCO”, afirmó. También denunció que nunca fueron citadas a declarar en el sumario administrativo en su contra, una situación que vulnera su derecho a defensa: “Sabemos que el expediente tiene más de 200 páginas, pero ni nuestro abogado pudo acceder a su contenido”.
Y explicó que su rol en la administración se limita a colaborar en la confección de rendiciones de cuentas basadas en extractos y comprobantes de pagos ya realizados. “Nunca tuve acceso a la cuenta bancaria ni realicé transferencias. Es imposible que se nos acuse de algo que no nos compete ni técnica ni legalmente,” afirmó.
Un clima laboral insostenible
El contexto laboral en el SAMCO se deterioró considerablemente tras las denuncias iniciales. Según Bosnach, las medidas adoptadas para proteger a las trabajadoras fueron temporales y poco efectivas. “Durante un mes, el director tuvo restricciones para acercarse a nuestras oficinas, pero después todo volvió a la normalidad, y con ello, las mismas conductas de maltrato,” relató.
Además, Carina Bosnach reveló que fue víctima de amenazas graves por parte del director, lo que la llevó a radicar una denuncia penal. “Lo que está en la justicia no se puede ignorar. Estas son conductas que van más allá de lo administrativo: estamos hablando de delitos,” subrayó.
Carina relató haber sufrido amenazas de muerte por parte de Minicucci y el conflicto también involucra una intención de desalojo de las oficinas administrativas que ocupa junto a Vanesa Torres. Según Carina, esta acción, avalada por la nueva comisión del SAMCO, carece de fundamentos claros y se inscribe en un patrón de presiones y hostigamiento.
La trabajadora, quien lleva 14 años en el SAMCO, expresó el impacto emocional que esta situación le ha causado: “Siempre pensé que me iba a jubilar en el SAMCO. Esto no solo afecta mi ámbito laboral, sino también mi vida personal. Pero no voy a abandonar mi puesto; me lo gané con años de esfuerzo y dedicación”.
Carinna hizo un llamado al Ministerio de Salud ya las autoridades competentes para garantizar un proceso justo y transparente, y evitar que las denuncias de violencia laboral queden impunes. La situación en el SAMCO de Pueblo Esther sigue generando preocupación entre los trabajadores y la comunidad, mientras crece la expectativa por una resolución que respeta los derechos de todas las partes involucradas.
Para Carina, las acusaciones de mala administración forman parte de una estrategia para desacreditar sus denuncias de violencia laboral. “Es evidente que buscan embarrar la cancha. Esto no es más que una maniobra para distraer la atención de los hechos graves que denunciamos,” afirmó.
Asimismo, destacó que el clima de miedo afecta principalmente a los trabajadores monotributistas, quienes temen perder su fuente de ingresos si manifiestan su apoyo a las víctimas. “Los empleados provinciales no tienen miedo, pero los monotributistas están muy precarizados y son vulnerables a represalias,” explicó.
Un pedido de justicia y transparencia
Las trabajadoras expresaron su frustración por la falta de avances significativos en la resolución del conflicto. A pesar de los años de dedicación al SAMCO, sienten que su reputación y trayectoria han sido puestas en duda injustamente. “Hace 14 años que trabajo en el SAMCO, y jamás imaginé atravesar una situación así. Esta es mi comunidad, mi pueblo, y me duele profundamente lo que está ocurriendo,” concluyó Bosnach.
Las denuncias judiciales y administrativas continúan su curso, mientras el SAMCO de Pueblo Esther sigue siendo el epicentro de un conflicto que ha puesto en evidencia tensiones internas y un ambiente laboral fracturado. Las trabajadoras esperan que la justicia y las autoridades correspondientes actúen con celeridad para garantizar no solo la reparación de los daños sufridos, sino también un entorno de trabajo digno y seguro.
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